Por: Gregorio Lombardi
@DisioGregorio
Este mes de agosto de 2025 la administración Trump ordenó el despliegue de una flota militar compuesta por cruceros con misiles, al menos un submarino nuclear, tres destructores, aviones espía y aproximadamente 4000 marines en aguas internacionales del Mar Caribe, próximas a Venezuela, supuestamente para impedir el narcotráfico hacia los Estados Unidos.
Esta situación, al tiempo que genera mucha angustia por las terribles consecuencias de una confrontación violenta, también despertó la esperanza de los venezolanos que consideran que la vía electoral se agotó para "desplazar al tirano" y que, en su lugar, la presión norteamericana resulta clave sin importar los costos.
Dadas las circunstancias, el 28 de agosto de 2025, el diario El Mundo de España publicó un extenso reportaje de la periodista Angélica Reinosa, intitulado "Trump abre nuevos escenarios para el futuro de Venezuela. La Oposición cree que el despliegue militar de EEUU en el Caribe podría provocar conflictos dentro del régimen de Maduro".
El titular, que expresa muy bien los aspectos contenidos en el cuerpo del reportaje, recoge el enfoque de quienes consideran que las acciones de la armada norteamericana generarán un cambio de régimen político en Venezuela. El reportaje se alimenta de las opiniones de Hugo Achá, analista del crimen organizado transnacional, Pedro Uruchurtu, coordinador internacional de Vente Venezuela, para quien "sólo políticas de fuerza pueden derrotar a un régimen criminal", Antonio Ledezma, ex alcalde de Caracas y los politólogos Miguel Ángel Medina y Nazly Escalona.
En una nota aparte, ubicada en las mismas páginas donde está este reportaje, 20 y 21, Gina Montaner se pregunta si ¿a la segunda va la vencida?, aclarando que ya en el año 2019 Trump "movilizó sus fuerzas navales en el mar Caribe después de acusar al régimen de Caracas de ser un narcoestado. Aparentemente todo estaba listo para que Guaidó, proclamado presidente interino, tomara el relevo. Incluso el joven opositor llegó a aparecer en una base militar pidiéndole al ejército que se alzara contra el heredero de Hugo Chávez. Los rumores en torno a una posible intervención se multiplicaron, pero todo quedó en humo".
Gina Montaner aborda estos temas con el politólogo Carlos Raúl Hernández, quien "no ve demasiado factible una intervención militar de los americanos" conectando esta apreciación con el "aislacionismo" que defiende el electorado "trumpista".
Lo cierto del caso es que, por donde se mire, estas notas se concentran en la incidencia de un hecho externo sobre un eventual cambio de régimen en Venezuela, sin valorar los costos materiales y humanos que acarrearía. Por el contrario, refuerzan la ilusión de una operación quirúrgica, puntual, de extracción, "no dirigida contra los venezolanos, sino contra los criminales".
Entendamos de una vez que "no es lo mismo invocar al diablo que verlo llegar", que las consecuencias reales de una intervención norteamericana necesariamente generarán violencia, muerte y destrucción y que el régimen que salga de esa imposición no encontrará paz. En el mundo de hoy abundan casos que soportan esta apreciación y no necesitamos vivirla en carne propia para comprenderla.
La politóloga Nazly Escalona al final del reportaje de Angélica Reinosa, abre la puerta de la necesaria cautela cuando aconseja: "aprovechar esta acción externa que perturba a Maduro como una oportunidad para reorganizar y redimensionar la lucha disidente bajo un movimiento de liberación nacional" que, decimos nosotros, requiere necesariamente un liderazgo de calle efectivo, que unifique a los venezolanos que en su gran mayoría ya no creen en nadie y quieren un cambio en paz.
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