La Red Sindical Venezolana protestó contra los anuncios oficiales y demandó un aumento salarial que permita cubrir la canasta básica. «Seguiremos en la calle», anunció el coordinador de la Red, Mauro Zambrano
Si las palabras son el reflejo del descontento, lo que se dijo este 1 de Mayo en la protesta convocada por la Red Sindical Venezolana y un conjunto de sindicatos y organizaciones evidenció un sentido reclamo al gobierno. El mejor término que describe el estado de ánimo es «arrechera», como lo recoge el Diccionario de la Lengua Española.
Antes de las 10:00 am de este 1 de Mayo los alrededores de la Torre Credicard, en Chacaíto, comenzaron a alborotarse con el sonido de las consignas, los saludos, las conversaciones y los reclamos. La marcha logró sumar decenas de voluntades que decidieron soportar el solazo y la presencia policial para hacerse escuchar.
Los anuncios «están fuera de lo que esperaban los trabajadores» porque «los trabajadores esperaban salario», lamentó Mauro Zambrano, coordinador de la Red. «Matar el salario es acabar, disminuir los ingresos familiares». Zambrano sostuvo que el Estado tiene recursos. «¿Por qué no hay salario para los trabajadores? Ya el discurso de las sanciones no es. Los llamo a la reflexión».
Reygrid García y Maribel Oropeza, trabajadoras del Hospital Universitario, expresaron su descontento de muchas maneras, incluido un «sombrero». «Ayer nos depositaron, con los tiques y todo, como o2 mil bolívares. Ya hoy no tenemos nada», criticó García. «La única persona que nos sustenta es dios. Con 130 bolívares cómo vivimos, cómo ayudamos a nuestros hijos», agregó Oropeza. Esperaban «un salario digno» y «no bonos».
Daniel Hernández, dirigente del Sindicato de Hospitales y Clínicas, marchó con sus muletas. «Estoy marchando por una dignidad, la dignidad de un salario justo», expresó. «El señor presidente, con todo el respeto que usted se merece, no es un presidente obrero, porque si fuese presidente obrero aumentara el salario mínimo. Esos 30 dólares del bono de guerra los hubiese dado en el salario, porque uno se va jubilado y lo que le dan es un refresco Coca-Cola de prestaciones sociales».
Para Hernández, el salario mínimo «no debe ser menos de lo que dice la canasta básica». Señaló que todo se le va en pasaje, porque para salir del Barrio Nuevo Horizonte de Catia y llegar al Hospital Universitario necesita tomar dos transportes. Y otros dos, para el regreso.
«Seguiremos en la lucha, como hemos hecho hasta ahora, porque no nos han dado respuesta. Nuestras condiciones no han mejorado y, por lo tanto, continuamos en la calle», garantizó Judith León, presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas.
La marcha salió después de las 11:00 am para recorrer la ruta acordada: la avenida Francisco Solano hasta Plaza Venezuela. Las consignas mostraron la posición de trabajadoras y trabajadores: «Sin salario no hay futuro».
Pero también interpelaron al jefe del Estado y a la conflictividad política que sigue presente en el país.
«Nosotros no vamos a dejar de luchar», subrayó Mauro Zambrano. La meta es un ingreso que supere los 500 dólares. «No nos queda más remedio que seguir».
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