La Basílica de San Pedro en el Vaticano se prepara para recibir a decenas de miles de devotos este jueves, en el segundo día de la capilla ardiente del Papa Francisco.
El templo, que estuvo abierto casi toda la noche para atender a la multitud, originalmente debía cerrar a medianoche, pero se permitió el acceso hasta las 5:30 a.m. (hora local) y reabrió a las 7:00, cuando ya se formaban largas filas en los accesos.
Entre los cardenales hay dolor y esperanza tras el fallecimiento del Papa
El arzobispo de Santiago de Chile, cardenal Fernando Natalio Chomalí Garib, expresó que entre los purpurados que llegan a Roma para participar en el funeral del Papa Francisco y en el posterior cónclave para elegir a su sucesor "hay tanto dolor como esperanza".
Chomalí destacó que Francisco "nos dejó un mensaje extraordinario de paz, amor, comunión y hermandad", instando a todos a reflexionar sobre cómo llevar esos valores a sus propias vidas. Al ingresar a la reunión, compartió su emoción por la gran multitud que se congrega en San Pedro para rendir homenaje al pontífice. "Es muy triste, pero hay que seguir adelante", añadió.
Casi 50.000 personas han pasado por San Pedro para despedirse del Papa Francisco
Hasta las 8:30 a.m. (hora local) de este jueves, un total de 48.600 personas han acudido a la Basílica de San Pedro para rendir su último tributo al Papa Francisco. Según informes vaticanos, el flujo constante de público frente al féretro refleja un profundo respeto y cariño hacia el pontífice argentino.
A pesar de que el miércoles se había previsto cerrar la exposición a medianoche, se decidió mantener las puertas abiertas para permitir que aquellos fieles que esperaron hasta tres horas pudieran entrar y rendir homenaje.
Este viernes, la Basílica cerrará sus puertas a los fieles a las 19:00 (17:00 GMT) para llevar a cabo la ceremonia del cierre del féretro antes del funeral programado para el sábado.
El Vaticano mantiene abierta la capilla ardiente durante toda la noche debido a la gran afluencia
La multitud que hacía fila para despedirse del Papa Francisco, quien reposa en un sencillo ataúd de madera dentro de la Basílica de San Pedro, fue tan numerosa que el Vaticano decidió mantener las puertas abiertas toda la noche ante una afluencia mayor a lo esperado.
La Basílica cerró brevemente por una hora en la mañana del jueves para realizar labores de limpieza. En medio del silencio reverente, los fieles afligidos de todo el mundo avanzan lentamente por el pasillo central para ofrecer su último adiós al Papa Francisco.
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