Los moldavos se enfrentaron este domingo a una doble decisión. Primero, votaron para elegir su próximo presidente o presidenta entre la actual mandataria proeuropea Maia Sandu y una decena de candidatos con mayor o menor afinidad hacia Moscú. Segundo, participaron en un referendo clave para decidir si el país debe unirse a la Unión Europea. La campaña electoral ha estado marcada por polémicas sobre la imparcialidad del proceso y, según las autoridades, por un plan de desinformación orquestado desde Rusia.
¿Debemos seguir el camino hacia Europa emprendido hace cuatro años? Esa es la pregunta central para los 2,6 millones de moldavos que, este domingo 20 de octubre, depositaron sus votos para decidir tanto su presidencia como su futuro en Europa.
De acuerdo a la agencia Reuters, los primeros resultados basados en una fracción de los votos mostraron que el 56% de los ciudadanos de Moldavia votaron "No" en el referendo del domingo sobre sus aspiraciones de unirse la UE, pero colocaron a la actual presidenta Maia Sandu solo unos pocos puntos porcentuales por delante de su rival en las elecciones presidenciales.
Con el 34% de los votos escrutados, la Comisión Electoral dio a Sandu el 35% de los votos, colocándola justo por delante de Alexandr Stolianoglo, de 57 años y un ex fiscal general respaldado por el prorruso Partido Socialista, a quien le dio el 29%.
Según la Comisión Electoral Central (CEC), 43,14 % de los moldavos votaron sí, pero 56,86 % se mostró en contra de la integración europea, tras el escrutinio de poco más de 30 % de los votos emitidos.
El gobierno moldavo inició negociaciones de adhesión en diciembre de 2023, y antes de de la votación había recibido un gran espaldarazo de la UE con un paquete de asistencia de 1.800 millones de euros para los próximos tres años.
El electorado prorruso, incluido el de la autonomía de Gagauzia, donde más de 95 % votó en contra, se hizo oír mucho más que los votantes de la capital Chisinau y de la diáspora, más proclives a la entrada en el bloque europeo.
Moldavia, uno de los países más pobres de Europa, confiaba en ingresar en 2030 en la UE, adonde exporta 65 % de sus productos y de donde recibe más de 80 % de las inversiones directas.
Con información de France 24 y DW
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