Platón “el aristócrata”


Por: Luis Loaiza Rincón *

 

La obra que Platón tituló Politeia (que significa <constitución de la polis>, <régimen político>, y que solemos traducir por <república> por influencia del vocablo latino res publica), es un tratado dividido en diez libros. Pero es mucho más que una consideración acerca de la constitución ideal de la polis y de las formas de gobierno. Contiene apuntes de moral, metafísica, un tratado de sociología, una historia de las formas políticas y una teoría de la educación. Para Platón el proyecto político está implicado en una concepción filosófica global.

 

Ante la decadencia política de Atenas, Platón se propone en la "La República", desarrollar los fundamentos de una reforma social que produzca "armonía" y estabilidad política. Para ello indaga sobre la naturaleza de la justicia y los principios de la política. Lo que logra, finalmente, es concebir un proyecto político utópico y antidemocrático.

 

Platón subordina la familia al Estado de un modo absoluto, rechaza la democracia, tal como se practicaba en Atenas, y se propone crear una nueva aristocracia, pero no de estirpe, sino intelectual y espiritual.

 

El código aristocrático de Platón considera la excelencia del alma muy superior a la del cuerpo, y, al conceder la primacía a los filósofos, formados por una ardua educación y selección, difiere de las normas tradicionales de la nobleza de casta. Para Platón la desigualdad de los ciudadanos se deriva de su ocupación laboral, y ésta reposa sobre una división del trabajo fundada en la naturaleza humana.

 

A continuación, algunas de sus ideas fundamentales:

 

1.- Hombre bueno y buen ciudadano. El hombre bueno tenía que ser un buen ciudadano y lo que es bueno para el hombre, también lo será para el Estado.

 

2.- El conocimiento del bien y del Estado. El estadista debe saber qué es realmente el bien y qué se requiere para hacer un Estado bueno. Debe saber también lo que es el Estado, no en sus variaciones accidentales, sino lo que es esencialmente.

 

3.- El Bien. El bien es lo que objetivamente es. Si la virtud es conocimiento, hay que suponer que los hombres desearán el bien en cuanto descubran lo que es.

 

4.- El Estado "arquetipo". El Estado platónico tiene que ser un "Estado como tal", un tipo o modelo de todos los Estados. Quería mostrar lo que en principio era un Estado, la cuestión de crearlo en la realidad era irrelevante.

 

5.- El egoísmo en las luchas de partido y la propiedad. Las "luchas de partido", que finalmente siempre están referidas al enfrentamiento entre quienes tienen el interés de proteger su propiedad y quienes carecen de ella, se fundan en el egoísmo. De allí su propuesta de abolir la propiedad privada o, al menos, eliminar los grandes extremos de miseria y riqueza.

 

6.- La propiedad y la familia. En la república platónica se debe: a) eliminar los obstáculos especiales que se oponen a la buena ciudadanía, y b) desarrollar las condiciones positivas de la buena ciudadanía. Lo primero implica adoptar el "comunismo". Lo segundo, desarrollar la educación.

 

7.- Trabajadores, soldados y gobernantes. En el Estado el principio de especialización exige que se distingan tres clases: a). Trabajadores. Los que producen. Son por naturaleza aptos para el trabajo pero no para el gobierno. b). Guardianes soldados: Son aptos para gobernar, pero solo bajo el control y la dirección de otros. Tienen facultades ejecutivas o valerosas. c). Guardianes gobernantes. Son los aptos para cumplir con los más altos deberes del hombre de Estado, tales como la elección última de medios y fines. En éstos prevalecen las facultades racionales.

 

8.- El comunismo. Adopta dos formas principales. a). La prohibición a los gobernantes de poseer propiedades, tanto de cosas, tierras o dinero; y la disposición de que vivan en cuarteles y tengan sus comidas en una mesa común. b). Relaciones sexuales orientadas a una procreación regulada por mandato del Estado, con el fin de conseguir la mejor descendencia posible (eugénesis). En "La República" el comunismo solo se aplica a los guardianes.

 

9.- El desarrollo de las capacidades humanas. Las capacidades individuales son de tal tipo que, desarrolladas mediante una educación adecuadamente planeada y controlada, darán por resultado un grupo social armónico.

 

10.- La Justicia (Dikayosine). Es el vínculo que mantiene unida a una sociedad, una unión armónica de individuos cada uno de los cuales ha encontrado la ocupación de su vida con arreglo a su aptitud natural y a su preparación.

 

11.- La omisión del derecho. Platón omite la sujeción a la norma jurídica para resaltar la sujeción a la voluntad de otro ser humano, que sea sabio y benévolo. Pero fue la sospecha de que la teoría contenida en "La República" no había llegado hasta el fondo de todos los problemas a que se refería, lo que lo llevó en los últimos años de su vida, a reconsiderar este asunto y a formular en "Las Leyes" otro tipo de Estado, en el que la fuerza dirigente debía ser el derecho y no el conocimiento.

 

Hoy, nuestra república requiere un cambio urgente y resulta paradójico que busquemos en la antigüedad algunas luces para resolver nuestro presente.

 

No todas las lecciones clásicas se ajustarán a nuestro tiempo, pero es evidente que sin ciudadanos conscientes, responsables y formados políticamente, todo el peso del cambio quedará en manos de un liderazgo político que, hasta ahora, siempre interpuso sus intereses a los del país. El cambio requerirá tiempo, porque no tendremos buen gobierno en una sociedad de indiferentes.

 

*). Luis Loaiza es Politólogo, Profesor de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Los Andes. Mérida. Venezuela.

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