Más de 700 personas indígenas, que desde hace casi un año se encontraban viviendo bajo carpas de plástico y precarias condiciones en el céntrico Parque Nacional de Bogotá, empezaron a preparar el regreso a sus territorios, de los que salieron debido al conflicto armado y la violencia en Colombia, según trascendió este viernes (06.09.2024).
"Comenzamos esta operación porque el retorno es un derecho fundamental y tiene que hacerse con garantías", explicó este viernes a los medios la directora de la Unidad de Víctimas, Lilia Solano, entidad que ha liderado las negociaciones con las tres comunidades indígenas emberá que viven en el parque y que conforman un total de 325 hogares.
Las personas -entre las que más del 50 % son niños y niñas- se despidieron del parque donde han vivido desde octubre del 2023, ya que el 8 de septiembre en la noche comenzarán el viaje a los territorios en el Chocó y en Risaralda.
Se trata, en algunos casos, de lugares ancestrales donde no han vivido desde hace décadas, pues los grupos armados, la violencia y la pobreza los expulsaron. Sin embargo, no todos se atreven a volver: "La mayoría quiere retornar, pero un grupo se va a reubicar en un predio en otro lugar, no en el mismo de retorno. También, un grupo menor de 11 personas del parque se quiere reintegrar a Bogotá, no en el parque sino en una ciudad", dijo Solano.
Por su parte, Olga Cecilia Zapata, lideresa de la etnia emberá chamí en el Parque Nacional, espera que se cumplan los compromisos, que incluyen desde promesas de vivienda a educación, salud o mejoras en infraestructuras. "El compromiso es de las entidades, a veces dicen cosas y fallan, pero hay un compromiso de los líderes. Si cumplen con eso, yo creo que no regresarían", afirmó Zapata.
Además de las personas indígenas asentadas en el Parque Nacional, el Gobierno también pactó el retorno o reubicación de otros grupos emberá que ya habían sido ubicados en 2023 en alojamientos temporales en otros sectores de la ciudad.
Con información de DW
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