Rubby Pérez: “El merengue cuenta la historia de República Dominicana”


De niño quería ser beisbolista y ser parte del equipo favorito de su padre: Leones del Escogido, pero un accidente cambió sus planes, descubriendo su talento para cantar. Luego de su paso por varias agrupaciones, el dominicano Rubby Pérez se convirtió en la voz principal de la orquesta de Wilfrido Vargas, justamente en los años ochenta cuando el merengue era el ritmo latino que conquistaba el mundo.

Con una exitosa carrera como solista, Pérez esta reconectando con su público latinoamericano, ese que lo recuerda cuando los temas Volveré, Buscando tus besos, Enamorado de ella, Hazme olvidarla o Fiesta para dos sonaban sin parar en las fiestas. Sigue apostándole a los temas de amor en su último álbum Hecho está y apoyando a los nuevos talentos, entre ellos la venezolana Mabel Yeah.

-Cuando se derrumbó su sueño de ser jugado profesional de beisbol, ¿pensó que su vida había acabado?


-Sentí que mi vida se terminó. Intenté una vez quitarme la vida. Lo que no sabía era que Dios me tenía otra sorpresa más bonita. Siempre le digo a la gente que no se deje dominar por los pensamientos negativos, la vida siempre, aunque se cierren mil puertas, te abrirá muchas ventanas para que puedas salir. No hay que encerrarse, hay que darse una oportunidad, no rechazar el don más grande que Dios nos dio: la vida.

-¿Qué le dejó su paso por la Orquesta de Wilfrido Vargas?


-Conocí el mundo. Sin embargo, no pude estar con mi familia, criar a mis hijos, compartir con mis hermanos y mis padres. Gané experiencia, la oportunidad de ser un profesional, de amar mi carrera. Espero que las personas me recuerden como alguien que luchó por el género.

-¿Y la fama?


-Mi familia siempre me puso los pies sobre la tierra, por eso no perdí el rumbo y la humildad. Nunca me interesó la fama.

-Una etapa difícil de su carrera fue cuando por problemas de contratos con las disquera tuvo que abandonar la orquesta de Vargas.


-Fue horrible, la orquesta era mi sustento, mi trabajo. Siempre he enfrentado la vida de forma decidida, no me tuve lastima por no seguir en la orquesta más importante de ese momento. Wilfrido se sintió triste, perdía a su voz principal. Me apoyó.

-Algo que quizás mucha gente no sabe es que el merengue también es un testimonio histórico.


-Es la música nacional. En el merengue está escrita la historia de República Dominicana desde Desiderio Arias hasta Trujillo. Antes se hacía más merengue de corte social que ahora. En el repertorio de Wilfrido Vargas puedes encontrar los relatos de Enrique Blanco o El Funcionario, que habla de un revolucionario que ayudaba al pueblo, pero cuando llegó al poder se convirtió en un corrupto.

-¿Qué recuerda de esos años de la dictadura?


-Yo no lo viví. Solo recuerdo someramente el día que ajusticiaron a Trujillo y yo veía a mi abuela llorando. Tengo amigos a los que el régimen les asesinó a sus padres. Hubo mucha gente que sufrió y todo eso está contando en el merengue.

-La abuela que menciona, ¿fue quien lo crió?


-Mi abuela materna, Ana. Ella era analfabeta, una vez le pregunté porque era tan débil con alguien que me había hecho daño; ella solo me respondió que tal vez no pudo educarme para ser un intelectual, pero me dio un corazón grande para amar.

-Hace un año y medio falleció su esposa.


-Estaba dando un concierto con la Filarmónica de Houston. Supe la noticia cuando bajé de la tarima. Ella fue un ángel, casi cincuenta años juntos, fue un gran apoyo en mi carrera.

-No podemos dejar de hablar sobre Venezuela.


-Empecé como solista en el programa con Amador Bendayán, Sábado Sensacional. Por eso cuando salió el free cover tuvo ese impacto tan fuerte. Yo quería que República Dominicana fuera igual que Venezuela. Los dominicanos estamos agradecidos con los boricuas y los venezolanos. Tenemos un compromiso de devolverle a Venezuela la ayuda que nos dio por tanto tiempo.

-Y finalmente, ¿cómo es la ventana por donde mira Rubby Pérez?


-Con mucho futuro, con ganas de vivir, de seguir compartiendo esa alegría que caracteriza al dominicano en el mundo.

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