Se celebró la fiesta de los “Trabuqueros de San Benito de Palermo”

Se celebró la fiesta de los “Trabuqueros de San Benito de Palermo”

Recientemente se celebró, en la población de Mucuchíes, los “Trabuqueros de San Benito de Palermo” y, posteriormente, la fiesta siguió en La Toma, La Mucumpate y en San Rafael

Para el alcalde del municipio Rangel, Abraham Hayon, las tradiciones forman parte de la vida cultural de los habitantes del Páramo del estado Bolivariano de Mérida “nosotros apoyamos las tradiciones, el folclore, de nuestros habitantes pues son la expresión de sus sentimientos y emociones”, sostuvo Hayon.

“Los Trabuqueros de San Benito de Palermo”, es una fiesta que posee una magia especial, una mezcla entre la religión y el culto militar que resulta realmente fascinante, los estallidos constantes y casi ensordecedores de los trabucos y demás artefactos, el colorido en los atuendos, la devoción de los pobladores al santo negro, los bailes, procesiones, la música, todo un conjunto de elementos que atrapan, al propio y al visitante, en un día entero de celebración y religiosidad “apoyado por el poder Ejecutivo del municipio creyente en estas expresiones de la cultura popular de Los Andes venezolanos”, expresó el Alcalde del municipio Rangel.

Una leyenda


Recientemente se efectuó en la población de Mucuchíes la tradición denominada los “Trabuqueros de San Benito” la cual, según relata la leyenda fue luego que Simón Bolívar pasara por Mucuchíes durante la Campaña Admirable, en el año 1813, cuando se unieron al Ejército Patriota 87 mucuchiceros. En su andar, se dividieron. 

El Libertador continuó hacia Caracas, por Trujillo, y José Félix Ribas enfrentó en Niquitao al ejército realista. «Allí nació la promesa: si regresaban con vida le rendirían culto a San Benito de manera militar». Se dice, que los 87 mucuchiceros no cargaban armas y sirvieron como carne de cañón para la descarga de los arcabuces, ya que eran de un solo tiro. 

Pero los mucuchiceros, hábiles para correr en altura, se subieron a la montaña, detrás de una cerca de rocas, y descargaron las enormes piedras. «Pidieron con desespero a San Benito que los ayudara y luego de 6 horas de lucha vieron el batir de la bandera patriota, tricolor (una señal de rendición para el enemigo). La batía un negrito, a quien asociaron con San Benito. Luego, se calmó todo»”.

Un día de tradición



Todos los 28 de diciembre, desde horas de la madrugada, los pobladores inician la celebración de San Benito. Un ejército de conformado por hombres jóvenes, niños y adultos, tiñen sus rostros de negro y se arman con trabucos para quemar pólvora, cargan sombreros de ala ancha adornados con plumas, flores y capas rojas, todos salen a las calles e invaden el pueblo haciendo explosiones de pólvora con sus trabucos y chopos, mientras cargan al santo negro por todo el pueblo hasta llegar a la iglesia.

La promesa, según cuentan los integrantes de esta festividad, se hizo en junio del año 1813 y, una vez regresaron al pueblo, en diciembre de ese año la cumplieron. Desde esa fecha la festividad se realiza con trabucos, un orden militar cerrado y la descarga de pólvora, es decir, “simulando una batalla”.

En la época de Ezequiel Zamora, el ejército federal reclutó entre 300 y 500 mucuchiceros y “se refrescó la promesa”.

Para la Alcaldía, a través del Instituto Municipal de la Cultura apoyar estas festividades forma parte de las políticas diseñadas por el Alcalde Abraham Hayon a favor de los habitantes del municipio Rangel.

La fiesta continuó en La Toma, La Mucumpate y San Rafael. Prensa AH

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