La oposición venezolana debe concentrarse fundamentalmente en su trabajo político interno, fortaleciendo sus redes sociales y políticas y desarrollando liderazgos conectados con las demandas y necesidades de la población local, usando la comunidad internacional como un amplificador de su trabajo y no como un sustituto.
La propuesta a la dirigencia opositora, la formula el economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, para enfrentar acciones y manipulaciones que gobierno intentará para permanecer en el poder, tras señalar que hay muchas incertidumbres críticas sobre la evolución del año 2024.
Expresa que hay algunas cosas que se pueden proyectar sin mucho margen de error: El gobierno intentará preservar el poder por todos los medios a su alcance y eso incluye la consolidación de su control institucional, el uso de recursos económicos, aumento de gasto público, ingreso laboral, bonificaciones y repartos, aumento del control comunicacional, estímulo a la fractura y abstención opositora, neutralización política del cualquier enemigo electoral peligroso, acción contundente contra cualquier intento real de protesta o desestabilización y criminalización de adversarios, reales o imaginarios, como mecanismo disuasivo, asegurando que pueden haber muchísimas más, pero estas están de anteojito.
Estima que la oposición por su parte, se enfrenta a varias decisiones dilemáticas cara a la acción del gobierno:
1) ir o no ir a las elecciones, en las condiciones no competitivas en las que se van a ejecutar (si se ejecutan)
2) responder de manera fundamentalista, basada en conceptos de justicia, que al no encontrar instituciones que la respalden le obliga a radicalizarse (sin tener la fuerza para ganar) o jugar en el plano de las negociaciones injustas, buscando encontrar espacios de error de su adversario, por donde se pueda colar
3) lograr la unidad alrededor de una estrategia (no de una persona) y actuar racionalmente para no desviarse, ni hacer el juego a su adversario.
4) fundamentar su acción en el apoyo internacional y depender exclusivamente de él, perdiendo la independencia y capacidad de acción individual o concentrarse fundamentalmente en su trabajo político interno, fortaleciendo sus redes sociales y políticas y desarrollando liderazgos conectados con las demandas y necesidades de la población local, usando la comunidad internacional como un amplificador de su trabajo y no como un sustituto.
Considera que la respuesta a estos dilemas definirá el éxito o el fracaso, pero entendiendo que es muy difícil encontrar un momento mágico de película de Netflix, sino una transición dura, difícil y costosa, que requiere tiempo, inteligencia, pasión, apertura, integración y perdón. Te puede gustar o no, pero esa es la parte irrelevante, asegura el analista.
Con información de El Impulso
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