Este viernes 29 de septiembre, se produjo una fuerte explosión por una poderosa bomba que explotó cerca de una mezquita en el suroeste de Pakistán, durante un acto masivo para celebrar el natalicio del profeta Mahoma, matando al menos a 52 personas e hiriendo a casi 70, dijeron autoridades.
El atentado se produjo en Mastung, un distrito de la provincia de Baluchistán, donde al menos 500 personas se habían reunido para una procesión para celebrar el natalicio del profeta. Los musulmanes organizan mítines y distribuyen comidas gratuitas a la gente en la ocasión, conocida como Mawlid an-Nabi.
Imágenes de televisión y videos en las redes sociales mostraron un área abierta cerca de una mezquita cubierta con los zapatos de los muertos y heridos después del atentado. Algunos de los cuerpos estaban cubiertos con sábanas y se vio a residentes y rescatistas llevando a los heridos a los hospitales.
Baluchistán es una ciudad que ha sido testigo de decenas de ataques de insurgentes y milicianos, pero por lo general tienen como objetivo a las fuerzas de seguridad. Los talibán de Pakistán también afirmaron repetidamente que no atacan lugares de culto ni civiles.
Los heridos en la explosión fueron trasladados a hospitales cercanos y algunos se encontraban en estado crítico, como informó el gobernador, Atta Ullah.
“El proceso de trasladado de los cuerpos y los heridos continúa”, afirmó el director del Hospital Memorial Raisani de la ciudad, Saied Miruani, en medio de los temores sobre la posibilidad de que el balance de muertos aumente en las próximas horas.
Las autoridades señalaron que la explosión (calificada como un atentado suicida) tuvo lugar cerca del vehículo del ‘número dos’ del superintendente de la Policía local, Nauaz Gishkori, sin que por ahora haya reclamación de la autoría.
El atentado de este viernes se produjo días después de que las autoridades pidieran a la policía que permaneciera en alerta máxima, diciendo que los milicianos podrían atacar manifestaciones con motivo de las festividades del profeta del Islam.
El ministro de Información del gobierno provincial, Jan Achakzai, indicó que los heridos en estado grave están siendo trasladados a la capital, Quetta, antes de denunciar que “el enemigo quiere destruir la tolerancia religiosa y la paz en Balochistán, con la bendición desde el extranjero”.
Por su parte, el ministro principal de Balochistán, Alí Mardan Jan Domki, anunció un periodo de luto de tres días, mientras que el primer ministro interino de Pakistán, Anwarul Haq Kakar, condenó firmemente el suceso.
A las condenas se sumó el presidente paquistaní, Arif Alvi, mientras que el ministro del Interior de Balochistán, Zubair Yamali, ha ordenado la apertura de una investigación, tal y como ha recogido la cadena de televisión paquistaní Geo TV.
También el viernes, una explosión arrasó una mezquita ubicada en las instalaciones de una comisaría en Hangu, hiriendo a siete personas, dijo Shah Raz Khan, un oficial de policía local.
El presidente Arif Alvi condenó el ataque y pidió a las autoridades que brinden toda la asistencia posible a las víctimas.
En una declaración, el ministro interino del Interior, Sarfraz Bugti, denunció el atentado y expresó su pesar por la pérdida de vidas. Dijo que era un “acto atroz” atacar a las personas en la procesión de Mawlid an-Nabi.
El Gobierno había declarado un día nacional para el aniversario del nacimiento del profeta Mahoma, y el presidente Alvi y el primer ministro interino Anwaarul-haq-Kakar habían llamado en mensajes separados a la unidad y a que la gente se adhiriera a las enseñanzas del profeta del Islam.
Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad del atentado de este viernes, pero los talibanes paquistaníes rápidamente se distanciaron del mismo. Los talibán paquistaníes, conocidos como Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), son un grupo separado pero un aliado cercano de los talibanes afganos.
Con información de AP y Eruopa Press.
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