El ejército ucraniano lanzó la madrugada del domingo 20 de agosto un ataque con drones contra Moscú y las regiones limítrofes de Rostov y Kursk, en el sur de Rusia, según información actual de las autoridades locales.
La defensa antiaérea y radioelectrónica rusa derribó los aparatos no tripulados, aunque los fragmentos de uno de ellos impactaron en la estación de trenes de la capital de Kursk, donde resultaron heridas leves a cinco personas. Los fragmentos del dron hicieron un boquete en el tejado del edificio principal de la estación y también causaron daños en la fachada, la sala de espera, un paso subterráneo y una de las plataformas, según explicado en Telegram el gobernador de Kursk, Román Starovoit.
En Rostov, región que limita con el Donbás , dos drones cayeron en el territorio de una guarnición militar situada en la localidad de Kamensk, que se encuentra a escasos kilómetros de la frontera con la región ucraniana de Lugansk. Esos drones no causaron daños en la base militar, igual que un tercer dron que cayó cerca de la localidad de Novoshajtinsk, escribió en Telegram Vasili Gólubev, gobernador de esa región meridional.
En el caso de la capital rusa, el Ministerio de Defensa precisó que el dron fue derribado en la región de Moscú por los sistemas de lucha radioelectrónica. Al ser detectado e inutilizado, el aparato perdió el control y se estrelló contra una zona despoblada sin causar desperfectos ni heridos.
En paralelo a su contraofensiva, Ucrania ha recurrido a los drones para golpear la retaguardia rusa en Moscú, las regiones limítrofes, Crimea y el puente que une la anexionada península ucraniana con la Rusia continental, además de la flota rusa en el mar Negro.
Con información de DW
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