Joe Biden afirmó este viernes que planea desplegar tropas en el este de Europa y países de la OTAN "a corto plazo", si bien no será un gran número.
El Pentágono avanzó el pasado lunes que hasta 8.500 soldados se encontraban en "alerta máxima" para desplazarse en caso de necesidad, a raíz de la crisis de Ucrania y el creciente temor a una invasión por parte de Rusia.
Esta tarde, tras descender del avión presidencial, el Air Force One, un periodista preguntó al mandatario si había tomado ya la decisión de cuándo hacerlo y respondió: "Enviaré tropas al este de Europa y los países de la OTAN a corto plazo. No demasiadas".
La declaración supuso el broche final a una jornada en la que se hicieron palpables las diferencias de percepción —o de estrategia— entre Estados Unidos y Ucrania.
El presidente de este país, Volodímir Zelenski, advirtió este viernes del "pánico" creado a partir de las declaraciones de líderes como Biden, que han insistido en que un ataque parece probable e inminente.
"Están diciendo que la guerra es mañana. Eso significa pánico", señaló. Respecto a Washington, dijo también: "Insisten en ello y lo hacen de la forma más grave e incendiaria posible". "En mi opinión, es un error", añadió.
Apenas unas horas después, el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, y el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, convocaron a la prensa para informar de que, según sus datos, Rusia ha desarrollado en la frontera plena capacidad militar para invadir toda Ucrania.
Estados Unidos calcula que el Kremlin ha desplegado en torno a 100.000 soldados en la zona, si bien algunos observadores elevan la cifra hasta los 130.000. Se trata, según Milley, de un despliegue "inédito desde la Guerra Fría". Un ataque por parte de Rusia, advirtió el militar, resultaría "horrible" y causaría un número de muertes "significativo".
En los últimos días, el Gobierno de Estados Unidos también ha acusado a Rusia de urdir un ataque fingido a sus fuerzas con el fin de conseguir un pretexto para intervenir en Ucrania. El presidente ruso, Vladímir Putin, niega las acusaciones, pero reclama que la OTAN limite su expansión y capacidad de actuación en el este de Europa y, en concreto, que renuncie a la incorporación de Ucrania como nuevo socio de la Alianza Atlántica. Los aliados han respondido que esa demanda resulta inaceptable.
Con información de El Pais
El Pentágono avanzó el pasado lunes que hasta 8.500 soldados se encontraban en "alerta máxima" para desplazarse en caso de necesidad, a raíz de la crisis de Ucrania y el creciente temor a una invasión por parte de Rusia.
Esta tarde, tras descender del avión presidencial, el Air Force One, un periodista preguntó al mandatario si había tomado ya la decisión de cuándo hacerlo y respondió: "Enviaré tropas al este de Europa y los países de la OTAN a corto plazo. No demasiadas".
La declaración supuso el broche final a una jornada en la que se hicieron palpables las diferencias de percepción —o de estrategia— entre Estados Unidos y Ucrania.
El presidente de este país, Volodímir Zelenski, advirtió este viernes del "pánico" creado a partir de las declaraciones de líderes como Biden, que han insistido en que un ataque parece probable e inminente.
"Están diciendo que la guerra es mañana. Eso significa pánico", señaló. Respecto a Washington, dijo también: "Insisten en ello y lo hacen de la forma más grave e incendiaria posible". "En mi opinión, es un error", añadió.
Apenas unas horas después, el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, y el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, convocaron a la prensa para informar de que, según sus datos, Rusia ha desarrollado en la frontera plena capacidad militar para invadir toda Ucrania.
Estados Unidos calcula que el Kremlin ha desplegado en torno a 100.000 soldados en la zona, si bien algunos observadores elevan la cifra hasta los 130.000. Se trata, según Milley, de un despliegue "inédito desde la Guerra Fría". Un ataque por parte de Rusia, advirtió el militar, resultaría "horrible" y causaría un número de muertes "significativo".
En los últimos días, el Gobierno de Estados Unidos también ha acusado a Rusia de urdir un ataque fingido a sus fuerzas con el fin de conseguir un pretexto para intervenir en Ucrania. El presidente ruso, Vladímir Putin, niega las acusaciones, pero reclama que la OTAN limite su expansión y capacidad de actuación en el este de Europa y, en concreto, que renuncie a la incorporación de Ucrania como nuevo socio de la Alianza Atlántica. Los aliados han respondido que esa demanda resulta inaceptable.
Con información de El Pais
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