¿Por qué ahora si participarán en las elecciones?





Por: Gregorio Lombardi


@DisioGregorio
Historiador. Analista. Emprendedor
Caracas, Venezuela.-

Desde hace meses mantener inamovible el obstinado empeño de llamar a la abstención era una necedad que solo muy pocos radicales y extremistas compartían. La mayoría de los que defendían la abstención lo hacían de los dientes para afuera porque estaban más bien sacando cuentas. Esperando el momento justo para negociar.

Además del cálculo también querían mantener la coherencia. No podían acepar que tanta abstención había sido un gran error.

Pero esencialmente la coherencia tenía que ver con el interés, con el amor al dinero, no se trataba del país sino de guardar las apariencias con los actores internacionales que les proveían grandes sumas, a cambio de mantener al país en zozobra. Cada día un sobresalto, una nueva invención para crear falsas expectativas en la población. Esto, sin duda, les dejó pingues beneficios a unos cuantos vividores y sinvergüenzas.

De manera que a esta gente que hoy anuncia que participarán en las elecciones del 21N, no les interesa ser coherentes con el país que reclama acuerdos para aliviar tanto sufrimiento, no. Se trata de mantener cierta coherencia con los factores de poder radicalizados que los mantienen como títeres sin voluntad, adictos a sus contribuciones económicas. De allí que ahora digan que van a las elecciones, "aunque no sean libres". Pura genialidad!

Cuando el 05 de enero de 2020 se produjo la elección de Luis Parra como presidente de la Asamblea Nacional, salieron a liquidar a quienes se atrevieron a quitarles la plataforma de su enriquecimiento y bienestar que era la Asamblea Nacional convertida en coartada para el saqueo del país. Esos mismos que como perros de presa intentaron destruir moralmente a sus compañeros disidentes, no lo hacían por honradez ni integridad alguna. Salieron a ver que podían salvar de su elaborado negocio y por eso terminaron sentados en México con Maduro y a regañadientes, dicen ahora, que participaran en unas elecciones regionales.

Los disidentes del año 2020 no aparecieron el 5 de enero como por arte de magia. Casi todos estaban allí desde enero de 2016 haciendo grandes esfuerzos para cumplir su responsabilidad parlamentaria. Pero desde febrero de 2019 tuvieron muy claro que las cosas no marchaban bien y que el responsable era únicamente Guaidó.

Esos mismos hicieron observaciones sobre el fracaso descomunal en Cúcuta; el uso indebido de los recursos para apoyar a los militares y a sus familias que salieron del país creyendo ingenuamente en el llamado de Guaidó; la grosera exhibición de riqueza que el círculo presidencial mostraba, con relojes de 5 mil dólares, carteras de lujo de 4 mil y más dólares, trajes de diseñadores y una vida de ostentación, frente a diputados que no tenían ni para pagar un taxi. Hace apenas unos días Patricia Poleo daba buena cuenta de esta situación que ya el país conoció.

A ello debe agregarse el desastre del 30 de abril de 2020 o "revolución de los cambures"; el nombramiento indebido de directores y gerentes en Monómeros, CITGO y en otras empresas administradas directa o indirectamente por el tristemente célebre "gobierno interino"; la distribución de ganancias y cuantiosos aportes a los seis jinetes del apocalipsis (Manuel Rosales, Ramos Allup, Leopoldo López, Juan Guiado, Julio Borges y Delsa Solórzano); la ilegal modificación del Reglamento Interior y de Debates de la AN para asegurar la reelección de Guaidó y muchos desaguisados más. No les bastó convertir la Comisión de Contraloría en centro de extorsión, ni engañar al pueblo con falsas esperanzas, no. Querían mantenerse al frente de la oposición al precio que fuera porque de ello dependía su situación económica.

Aferrados al gobierno interino, se negaron a participar en elecciones descalificando a quienes sí lo hicieron: Al final, el interinato los ha hecho muy ricos con los dineros de la ayuda humanitaria y la proveniente de la corrupción.

Ahora decidieron negociar con Maduro y a regañadientes aceptan ir a unas elecciones que "no consideran libres". La verdad es que se les cayó el negocio, la fórmula del interinato se hizo insostenible y no les queda otra que recomponer el escenario para seguir medrando.

Sin embargo, aclaremos de una vez, no quieren elecciones para derrotar a los candidatos de Maduro. Lo único que quieren es hacer perder a los candidatos de la Alianza Democrática que han defendido el voto como herramienta de cambio. Por ellos Maduro se fortalecerá con tal de que los convierta en sus interlocutores favoritos. Ya Diosdado dijo bastante sobre Ocariz en este sentido.

Lo único que quieren los jinetes del apocalipsis es conservar su posición privilegiada para mantener el negocio. Nunca les ha importado el país. Nunca se había visto tanto exilio tan cómodo, tanto regreso sin explicaciones y tanta precampaña con tanto real.

La verdad es que la abstención terminó desmovilizando sus estructuras de base y desconectándolos del cariño del pueblo. Por eso digo que en estas elecciones los que salieron por lana, muy seguramente terminen trasquilados.

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