Nueva York, EEUU.- El mercado de deuda soberana en América Latina culmina el año 2025 con una tendencia marcada a la baja en los rendimientos de los bonos, especialmente en aquellas economías consideradas tradicionalmente como las más volátiles. La compresión de los diferenciales ha sido la norma en un año definido por el «trade político», donde los resultados electorales han dictado el ritmo de la confianza financiera.
Sin embargo, el panorama regional presenta una anomalía estadística de gran magnitud: Venezuela. Aunque la nación caribeña ha experimentado un descenso sostenido en su indicador de riesgo a lo largo del año —impulsado fundamentalmente por las apuestas de los tenedores de bonos a una eventual transición en el régimen político—, el país cierra el ciclo con un diferencial que rompe cualquier escala gráfica comparativa.
Al corte del 26 de diciembre de 2025, el riesgo país de Venezuela se ubica por encima de los 12.000 puntos básicos, manteniéndose como el más alto del planeta, una cifra que contrasta abismalmente con el resto del vecindario latinoamericano.
El «efecto urnas»: Giros hacia el mercado
Mientras Venezuela sigue siendo un caso aislado por la magnitud de su deuda en default y las sanciones, en el resto de la región, los bonos de alto rendimiento (high yield) reaccionaron positivamente a los giros políticos hacia posturas más ortodoxas y promercado.
El resurgir ecuatoriano
El caso más emblemático de recuperación de confianza es Ecuador. El diferencial de sus bonos perforó el piso de las 500 unidades por primera vez en seis años, tocando un mínimo de 499 puntos el pasado 22 de diciembre, niveles no vistos desde mediados de 2019.
El camino de la deuda ecuatoriana fue volátil: el 10 de abril el spread se disparó hasta los 1.908 puntos. La calma retornó a los mercados tras la segunda vuelta electoral, que culminó con la reelección del presidente Daniel Noboa frente a la candidata del correísmo, Luisa González, consolidando la expectativa de continuidad en las políticas fiscales.
El giro histórico en Bolivia
Bolivia protagonizó otro de los repuntes más notables. El clima financiero mejoró sustancialmente tras la victoria del centroderechista Rodrigo Paz Pereira, cuyo triunfo puso fin a dos décadas de hegemonía socialista.
Este cambio de timón permitió que, el viernes 7 de noviembre, el riesgo país boliviano cerrara por debajo de los 1.000 puntos (ubicándose en 955) por primera vez desde agosto de 2023. Al cierre de 2025, los instrumentos soberanos bolivianos se mueven en el entorno de los 700 puntos sobre la tasa del Tesoro estadounidense.
Argentina y el aval legislativo
En el Cono Sur, Argentina mostró una corrección importante, aunque menos agresiva que la de 2024. Tras un año de sobresaltos, donde el indicador escaló hasta un techo de 1.456 puntos el 18 de septiembre —tras la derrota del oficialismo en la provincia de Buenos Aires—, el mercado validó la gestión del presidente Javier Milei luego de las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre.
La victoria del partido de gobierno, La Libertad Avanza, desató un ‘rally’ en los bonos que permitió cerrar el año en 574 puntos, consolidando una baja significativa respecto a los máximos anuales.
El club de la estabilidad y los gigantes regionales
En el espectro de los activos más seguros (Grado de Inversión o cercanos), Uruguay, Chile, Perú y Paraguay mantienen su estatus como los refugios financieros de la región, con diferenciales mínimos.
Por su parte, las dos economías más grandes de Latinoamérica, Brasil y México, se posicionan en una escala intermedia, cotizando por encima de los 200 puntos básicos, aunque también lograron ganar terreno y valorizar sus papeles durante el transcurso de 2025.
Radiografía del Riesgo País al cierre de 2025
De acuerdo con el último dato disponible del 26 de diciembre, así quedó el tablero del indicador Embi (Emerging Markets Bond Index) para la región:
Venezuela: 12.645
Bolivia: 709
Argentina: 574
Ecuador: 502
El Salvador: 328
Colombia: 266
Honduras: 237
México: 224
Brasil: 198
República Dominicana: 171
Panamá: 156
Costa Rica: 143
Guatemala: 142
Perú: 132
Paraguay: 103
Chile: 91
Uruguay: 70
¿Qué lectura ofrece el Embi?
Para comprender estas cifras, es necesario recordar que el riesgo país, medido a través del índice Embi elaborado por el banco de inversión JPMorgan Chase, funciona como un termómetro de la solvencia percibida.
Este indicador refleja la sobretasa o interés adicional que debe pagar un gobierno para financiarse en comparación con los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, considerados libres de riesgo. Se basa en la cotización diaria de los títulos soberanos en los mercados internacionales: cuando existe desconfianza y los inversores venden masivamente los bonos (haciendo caer su precio), el rendimiento o tasa de interés implícita sube, elevando automáticamente el riesgo país.
Con información de Bloomberg Línea.

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