Washington DC, EEUU.- Las sanciones estadounidenses contra el gobierno de Venezuela han sido una pieza central de la política de Washington, defendidas como una herramienta de presión política. Sin embargo, su eficacia y su impacto humanitario siguen siendo objeto de intenso debate.
James Story, exembajador de la Unidad de Asuntos de Venezuela, ofrece una perspectiva matizada sobre este instrumento de política exterior:
La sanción como herramienta de negociación
Story sostiene que las sanciones «tienen un papel importante y pueden servir como una herramienta de negociación». El ejemplo de la administración Biden utilizando las sanciones existentes para impulsar un diálogo con el gobierno de Maduro subraya esta visión. El resultado de estas negociaciones, según él, fue un proceso que permitió a las fuerzas democráticas participar en elecciones primarias y obtener una victoria «muy obvia y grande» en las elecciones presidenciales.
«La eficacia de las sanciones es muy corta. El presidente (Joe) Biden tomó la decisión de utilizar la presión máxima del presidente Trump para entrar en negociaciones,» señaló Story.
Sin embargo, el exembajador también apunta a un desafío fundamental que limita la efectividad a largo plazo de las sanciones: la capacidad del gobierno venezolano para adaptarse y sortearlas.
En ese sentido, asegura que «el régimen ha aprendido a manejar asuntos fuera de las sanciones», vendiendo petróleo a China a través de «buques fantasma» y lavándolo en otros países. Story enfatiza que «la verdad es que el régimen siempre obtiene lo que quiere de cualquier forma ya sea por narcotráfico o por la venta de recursos en el mercado negro».
El debate sobre el «levantamiento parcial»
Se ha criticado la decisión de la administración Biden de otorgar licencias a empresas como Chevron, Repsol y Eni para operar y comercializar petróleo. Los críticos argumentan que esto le proporcionó un sustento al gobierno de Maduro.
Story defiende que estas no fueron un «levantamiento de sanciones» en sentido amplio, sino licencias específicas para que las compañías pudieran pagar sus deudas con Venezuela a través del petróleo, favoreciendo la transparencia en las ventas hacia EEUU.
El exembajador menciona un resultado «muy interesante» de esta decisión: la detención y posterior desaparición de Tareck El Aissami (exjefe de PDVSA y ministro de Petróleo) después de que Maduro se diera cuenta de que estaba «robando mucha plata del Estado» en el mercado negro, a pesar de que la licencia de Chevron se orientaba hacia una venta más transparente.
El análisis de Story concluye que, si bien las sanciones pueden ser efectivas para forzar aperturas o negociaciones en el corto plazo, el aparato de gobierno venezolano ha desarrollado mecanismos para mitigar su impacto, obligando a EEUU a considerar la intensificación de la presión, como se observa en el actual despliegue militar.

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