Washington DC, EEUU.- En una declaración que ha encendido el debate internacional, el enviado especial del presidente de Estados Unidos, Richard Grenell, afirmó este viernes que “el Premio Nobel murió hace años”, luego de que el Comité Nobel noruego otorgara el galardón de la Paz 2025 a la opositora venezolana María Corina Machado.
La frase, publicada en la red social X, se suma a una serie de críticas desde Washington que cuestionan la decisión del comité noruego por no haber premiado al presidente Donald Trump. Voceros de la Casa Blanca, como Steven Cheung, sostienen que Trump “ha hecho más por la paz mundial” que la galardonada, citando sus gestiones en acuerdos de alto el fuego y liberación de rehenes en Gaza.
Grenell, quien ha liderado negociaciones con el régimen de Nicolás Maduro, considera que el reconocimiento a Machado responde a intereses políticos y desacredita la imparcialidad de la academia sueca. “El Comité antepone la política a la paz”, expresó Cheung, mientras que Grenell desvinculó el mérito de la activista del prestigio histórico del Nobel.
El Comité Nobel, por su parte, defendió su decisión destacando la “incansable labor de Machado en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano” y su papel en la lucha por una transición pacífica hacia la democracia. La líder opositora, actualmente en la clandestinidad, agradeció el reconocimiento y lo calificó como un impulso clave para “conquistar la libertad” en Venezuela.
La controversia se produce en un contexto de tensiones diplomáticas, donde sectores del gabinete estadounidense promueven negociaciones con el chavismo, mientras otros, como Grenell, rechazan cualquier legitimación del régimen. El galardón a Machado complica los esquemas que excluyen a la oposición de una eventual reconfiguración política en Venezuela.
El Premio Nobel de la Paz 2025, tradicionalmente reservado para figuras que fomentan la fraternidad entre naciones y la resolución pacífica de conflictos, se convierte este año en un símbolo de polarización geopolítica. Mientras Machado es exaltada como ejemplo de coraje civil en América Latina, sectores afines a Trump denuncian una “politización del galardón” que, según Grenell, ha perdido su esencia.
Con información de Contrapunto

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