Moscú, Rusia.- El Gobierno ruso reaccionó este miércoles a las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el aplazamiento de la cumbre bilateral prevista en Budapest, señalando que “nadie quiere perder el tiempo” en reuniones que no estén debidamente preparadas. Así lo expresó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, durante su habitual conferencia de prensa telefónica.
Peskov afirmó que tanto el presidente ruso, Vladímir Putin, como su homólogo estadounidense están acostumbrados a trabajar con eficiencia y a obtener resultados concretos, pero subrayó que “la efectividad siempre requiere tiempo”. El vocero aclaró que, por ahora, no hay una nueva fecha definida para el encuentro y lamentó la proliferación de rumores y especulaciones sobre el estado de las negociaciones. “En su gran mayoría no se corresponden con la realidad”, puntualizó.
El presidente Trump había declarado el martes que no deseaba participar en “una reunión inútil”, justificando así la suspensión de la cumbre que estaba inicialmente programada para finales de octubre en la capital húngara. La Casa Blanca confirmó posteriormente que el encuentro no se celebrará “en un futuro cercano”.
El aplazamiento se produjo tras una conversación telefónica entre el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio. La propuesta de celebrar la cumbre en Budapest surgió tras una llamada previa entre Putin y Trump, en la que ambos líderes habrían identificado “avances significativos” en temas bilaterales, según declaraciones del mandatario estadounidense.
Peskov también reconoció que las conversaciones de paz sobre Ucrania atraviesan una “pausa” que, a su juicio, requiere la intervención directa de los jefes de Estado. No obstante, insistió en que cualquier reunión de alto nivel debe ser “cuidadosamente planificada” para garantizar su utilidad.
El día después de la llamada entre Putin y Trump, el presidente estadounidense recibió en Washington a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. En ese encuentro, Kiev buscó el respaldo de Washington para la entrega de misiles Tomahawk, mientras que la administración Trump presionó por nuevas concesiones políticas que permitan avanzar en el proceso de negociación con Moscú.
Con información de Contrapunto

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