A 131 años del Gran Terremoto de Los Andes: Memoria y Prevención en Mérida


Este lunes se cumplieron 131 años de uno de los eventos sísmicos más devastadores en la historia de Venezuela: el Gran Terremoto de Los Andes, ocurrido el 28 de abril de 1894. Este poderoso sismo de magnitud estimada en 7.4, con epicentro en el poblado de Chiguará, estado Mérida, dejó una huella imborrable de destrucción y dolor en toda la región andina.

El terremoto de 1894 causó la destrucción casi total o parcial de 16 localidades, principalmente en el estado Mérida, pero también con afectaciones en el estado Trujillo y zonas fronterizas de Colombia como Cúcuta y Pamplona. 


La ciudad de Mérida sufrió graves daños, incluyendo el derrumbe de edificaciones emblemáticas como la Catedral y varias iglesias, donde lamentablemente perecieron gran parte de las aproximadamente 300 a 400 víctimas que se estiman dejó el desastre. Se calcula que más de 21.000 personas quedaron sin hogar.

Klaudia Laffaille, directora de la escuela de Arquitectura de la Universidad de Los Andes (ULA) y del Centro de Investigaciones de Vivienda y Hábitat, dijo que en ese entonces se tenían edificaciones antes de las normativas de sismo resistencia, pero hoy se cuenta con edificios importantes que cumplen con las normas, tales como el rectorado, la catedral, entre otras.


Dijo que, sin embargo, no es el común de las edificaciones cumplan con esas normas, por lo que, a la hora de un evento sísmico de magnitud considerable, se podrá tener afectaciones de importancia en varias de ellas.

En esta fecha es una de las ocasiones que la facultad y quienes trabajan en gestión de riesgo se recuerda lo vulnerable que es la ciudad, intrínseca de cada uno de los ciudadanos, en los cuales se debe tener las medidas de prevención.


Recomendó conocer los edificios donde se trabaja y se habita, tener presente que se deben tener planes de emergencia para las familias a la hora de presentarse una situación donde se debe asumir las responsabilidades.

A 131 años de esta tragedia, es fundamental recordar la magnitud de este evento y sus profundas consecuencias para la sociedad merideña. La reconstrucción fue un proceso arduo que se extendió por años, marcando el inicio de una modernización de la capital del estado a principios del siglo XX, con la construcción de edificaciones más sólidas sobre las ruinas del pasado.

Hoy, la conmemoración de este aniversario no solo sirve como un recordatorio de la vulnerabilidad de la región ante la actividad sísmica, intrínseca a su ubicación sobre la falla de Boconó, sino también como un llamado a la prevención y la preparación.


La Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS) ha insistido en la importancia de aumentar la cultura de prevención sísmica en la población venezolana, especialmente en zonas de alto riesgo como los Andes. Conocer las medidas de seguridad, participar en simulacros y construir de manera sismo-resistente son acciones cruciales para mitigar el impacto de futuros eventos telúricos.

A pesar del tiempo transcurrido, la memoria del Gran Terremoto de Los Andes sigue viva en la conciencia colectiva de los merideños. Este aniversario es una oportunidad para honrar a las víctimas, reconocer la resiliencia de la comunidad y reforzar el compromiso con la construcción de un futuro más seguro y preparado ante los embates de la naturaleza.

Leonardo Rodríguez Dugarte / Compás Informativo

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