El Santo Niño de Cacute, una tradición cargada de fe y devoción


En el año 1800, cuando Manuel Antonio Pacheco Valero, fundador de Cacute, encontró en el interior de una choza, en el sector Cacute Alto, una imagen ennegrecida y sucia del Niño Jesús. La llevó a su casa, la limpió y la puso en su lugar de veneración, dando inicio a una de las tradiciones más importantes del páramo merideño en la actualidad.

Cada 14 de enero, los pobladores de Cacute se reúnen, cobijados por la fe y la devoción que, desde hace 225 años, tienen hacia el Niño Jesús.

La celebración en honor al Santo Niño de Cacute inicia con una procesión por la calle principal del pueblo hasta llegar al templo, donde se da inicio a la Santa Eucaristía, este año presidida por el presbítero Javier Muñóz y concelebrada por los presbíteros Silvio Contreras, párroco de la Inmacula Concepción de Mucurubá, Jean Carlos González y Guzmán Contreras.

En la homilía de la palabra, el presbítero Javier Muñóz llamó a los fieles a engrandecerse desde la fe, desde la serenidad y la humildad, a no caer en la desesperanza ni en el agobio. «La fe y devoción hacia el Niño Jesús de Cacute es un reflejo del amor trinitario: Padre, Hijo y Espíritu Santo», señaló.

Además, dijo el sacerdote, que del Niño Jesús de Cacute se debe hablar siempre, no solo una vez al año. Agregó que «Dios siempre está con nosotros; muestra de ello es que estamos aquí. El problema está cuando nosotros nos olvidamos de Dios y perdemos la conciencia de ser hijos de Dios».

«Aceptemos a Dios en nuestros corazones, porque, aunque le demos la espalda, Dios siempre está con nosotros», finalizó.

Una vez concluida la Santa Misa, la feligresía acompañó la Santa Imagen del Niño Jesús de Cacute a la procesión que recorrió esta comunidad del municipio Rangel.

Durante la celebración, también fue juramentada la mini directiva «Amiguitos del Niño Jesús De Cacute», conformada por 32 niños, niñas y jóvenes. Prensa Arquidiócesis de Mérida

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