La tauromaquia más que defenderla hay que enseñarla, es la frase que dejó para la posteridad el matador de toros Víctor Barrio y en ella se muestra de forma clara y precisa el camino a seguir para sembrar el futuro de la fiesta.
No es sólo defender, es enseñar el por qué y para que, es llevar a todos como es la vida del toro bravo en el campo, la razón de su existencia y sobre todo la realidad de que sin tauromaquia tan magnífico animal desaparecerá irremediablemente.
¿Pero la pregunta es cómo hacerlo, cómo ir de nuevo a la entraña de la raíz popular de la fiesta de los toros? Primero se deben plantear estrategias para esta importante labor: charlas, conferencias, coloquios teóricos y prácticos, visitas guiadas al campo bravo, festivales y fiesta camperas para enseñar desde su génesis los valores del toreo y la importancia del toro bravo.
Pero esto debe estar dirigido sobre todo al gran público, a la masa que desconoce la fiesta. Las actuales herramientas tecnológicas y las redes sociales deben usarse para transmitir los valores del toreo y en ello se deben involucrar todos los actores y hacerlo con regularidad, en todo el país.
En estos tiempos es muy importante estar vigente en los medios de comunicación, porque lo que no se ve y se oye no existe.
La tarea es titánica de eso no hay duda, pero es absolutamente necesaria no sólo para preservar las ferias que tenemos y abrirles el camino a otras que por ahora están dormidas sino para preservar a un animal maravilloso que sólo puede seguir entre nosotros gracias a la tauromaquia.
Es fundamental la unión de todos los estamentos taurinos para lograr llevar la esencia de esta forma de expresión a todos los rincones, siempre desde el respeto al que piensa diferente, pero demostrando las maravillas y grandezas de una forma de ser única en el mundo. En nuestras manos está trabajar por ella y dejar este legado a las generaciones futuras.
Crónica de Víctor Eduardo Ramírez Molina “Vitico”
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