Hace 20 años que Luciano Pascual dejó su México natal para emprender una nueva vida en Estados Unidos. Empezó trabajando como aprendiz en el sector de la construcción y ahora realiza labores de carpintería en el sur de la Florida, donde reside desde hace más de una década.
En los últimos años, la demanda de trabajo ha aumentado en gran medida debido a que esta región del país está registrando un enorme crecimiento en el sector de la construcción de viviendas. Pascual ha notado una alta demanda en su trabajo, pero reconoce que las condiciones laborales son “pésimas”, tanto a nivel de salario, como de protección por parte de su empleador.
“Llevo más de diez años en la construcción y no ha cambiado nada”, dijo Pascual a la Voz de América.
Él, junto a varios de sus compañeros, se movilizan para exigir a las autoridades del sur de la Florida que impulsen nuevas regulaciones para mejorar las condiciones laborales en el sector de la construcción, especialmente para aquellos que como él no tienen documentos para trabajar legalmente en EEUU.
“Necesitamos seguridad, sobre todo cuando hay mucho calor. Necesitamos protección con el agua, con el tiempo de descanso y que se cumplan las normas, porque prácticamente es muy difícil trabajar con estas condiciones, con calor extremo y sin tener el líquido apropiado”, apunta el hombre, nacido hace 40 años en el estado mexicano de Toluca.
Los salarios del sector en números
Los salarios por hora en la industria de la construcción comercial en el sur de Florida son considerablemente bajos en comparación con otras regiones del país, según una encuesta del proyecto WeCount! publicada este jueves.
El estudio muestra que el salario medio por hora de los trabajadores de la construcción comercial en esta zona es de 19 dólares, con grandes disparidades entre los diferentes oficios.
Operadores de maquinaria pesada, trabajadores del hierro y electricistas son los que reportaron los salarios más altos dentro del sector. Sin embargo, los obreros, instaladores de paneles de yeso y quienes se dedican a trabajos de plomería figuran entre los peor remunerados. Señalan como particularmente preocupante que el 48 % de los obreros y el 17 % de los instaladores de paneles de yeso ganan menos de 15 dólares por hora.
A pesar de que la mayoría de los encuestados (56 %) ha trabajado para el mismo empleador durante un año o más, y un 27 % ha permanecido tres años o más, los resultados sugieren que el progreso salarial con el tiempo es limitado. Los bajos salarios indican, según el sondeo, que las mejoras en los ingresos son mínimas, incluso con la experiencia adquirida.
Reclamos de mejoras salariales
Arturo Rizo, un nicaragüense que ha trabajado en California y Nevada y que desde 2023 se desempeña como electricista en Miami, reconoce que ahora mismo está cobrando lo mismo que “hace 14 años” cuando estaba en los estados del oeste del país.
“El costo de la vivienda es exagerado y con estos salarios prácticamente se ralla la miseria, teniendo en cuenta el trabajo que hacemos, que es duro y, en mi caso, es muy técnico”, expresó, reivindicando la necesidad de "unos mejores beneficios para tener un poco de vida digna”:
"Estamos construyendo edificios de lujo que, sin nosotros sería imposible, y en cambio nosotros vivimos prácticamente en la miseria. Necesitamos lo mínimo para tener una vivienda digna que, por ahora, no nos lo podemos permitir con nuestros salarios", agregó al respecto.
Reconoce que los datos que se desprenden de ese estudio “son muy ilustrativos” en tanto que los trabajadores de la construcción ganan “entre 16 y 19 dólares la hora”, cuando, según él, se debería estar cobrando “entre 25 y 35 dólares la hora”, de acuerdo con el costo de vida del sur de la Florida.
La situación de los indocumentados
Carlos Antonio, otro empleado residente en Miami, pero nacido en el estado mexicano de Oaxaca, lamenta que la situación es especialmente complicada para las personas que no cuentan con estatus legal en Estados Unidos, ya que se enfrentan “a abusos laborales constantes” y que, en muchas ocasiones, “no son pagados debidamente”.
“Al no contar con los papeles adecuados para estar trabajando acá, me siento vulnerable porque pueden abusar de mí en el trabajo”, relata el joven, de 27 años, que acudió a la concentración con el uniforme de trabajo y recordó que hace unos meses un empleador le quedó debiendo “casi 3.000 dólares y no se pudo reclamar por el miedo a las consecuencias por no tener papeles”.
Además, lamenta que no existe ningún tipo de protección legal por parte de las administraciones públicas para abordar este tipo de situación ya que, de hacerlo de forma privada, “supone un costo que es imposible de asumir”.
“Me siento como uno de los olvidados porque, por más que uno quiera exigir al final de cuentas, los jefes y dueños de empresas llegan incluso a amenazar con el despido y por eso me siento tan vulnerable”, insiste sobre su caso.
La comisión del condado de Miami-Dade, que está al sur de la Florida, ha expresado su intención de revisar su legislación local para tratar de buscar soluciones y protecciones laborales a los trabajadores de la construcción, así como a los agricultores y otros trabajos que realizan mayoritariamente migrantes. Hasta el momento, no se ha tomado alguna medida adicional.
Con información de VOA
0 Comentarios