Desbordado El Vigía por la economía informal

Especial Compás Informativo.-

 

En Venezuela sabemos que la economía informal no significa más desarrollo económico, pero sí, más anarquía, desorden urbano y evasión fiscal. Sin embargo, cada vez más familias hacen de estas actividades su fuente de subsistencia, sin recibir respuestas oficiales que alivien las condiciones de precariedad que enfrentan en las calles.

 

Es el caso de El Vigía, capital del municipio Alberto Adriani de la zona Panamericana del Estado Mérida, cuyo centro histórico y comercial se convirtió en un espacio anárquico y peligroso donde reina el "sálvese quien pueda".

 

Sin control de tránsito, excesiva circulación de motos y cada vez más buhoneros ocupando aceras y calles, hay momentos en los que resulta imposible transitar y desenvolverse con seguridad. La actividad informal ahoga también a los comercios establecidos quienes terminan con sus accesos y fachadas bloqueadas.

 

Hoy la carga tributaria, que es la porción o porcentaje de los ingresos que toda empresa debe pagar al Estado por concepto de los distintos tributos dispuestos en las normas, es considerablemente elevada y aquí se incluyen tanto impuestos nacionales como municipales. Algunos de los impuesto más importante de Venezuela son: El Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto sobre la Renta (ISLR), el Impuesto a los Grandes Patrimonios (IGP), el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), el Aporte al FONACIT (Ley Orgánica de Ciencia Tecnología e Innovación), el Aporte al FONA (Ley Orgánica de Drogas) y el Aporte al Fondo Nacional del Deporte. A eso debe agregarse que un comercio establecido paga derecho de frente, aseo urbano, servicio eléctrico, agua potable, telefonía y se hace cargo de los costos de personal con el pago de todos sus derechos sociales.

 

Después de pagar todos estos impuestos, compromisos y servicios los comerciantes deben enfrentar la anarquía que genera la falta de planificación urbana y los modelos gerenciales irresponsables, que propician la destrucción del empleo remunerado y estable y la inversión económica que genere desarrollo.