El empresario liberal Daniel Noboa ganó el balotaje de este domingo y a los 35 años se convirtió en el presidente electo más joven de Ecuador.
Contabilizados el 88,85% de los votos, Noboa, de Acción Democrática Nacional, obtuvo el 52,29% de los votos, frente al 47,71% de la candidata del correísta Partido de la Revolución Ciudadana, Luisa González.
El nuevo presidente asumirá el 10 de diciembre y completará el mandato de Guillermo Laso. Serán solo 15 meses de gobierno, hasta el 24 de mayo de 2025, en un país devastado hoy por la violencia del narcotráfico. En medio de una gravísima crisis de seguridad, el presidente Guillermo Lasso disolvió el Parlamento y convocó a elecciones anticipadas en mayo pasado.
González había sido la más votada en las elecciones del 20 de agosto, pero no le alcanzó para ser electa. La candidata correísta había obtenido el 33,11% de los votos, seguida por Noboa, con el 23,96%.
En esta votación concurrieron el 88,33 % de los más de 13,4 millones de ecuatorianos que estaban convocados a las urnas.
Después de una jornada electoral sin incidentes y en medio de grandes expectativas en Ecuador, los primeros datos oficiales marcaban una ajustada victoria del candidato de centro Daniel Noboa frente a la correísta Luisa González. Así, el país se encamina a tener el presidente más joven de la historia del país.
Poco antes de las 19.30 de la tarde (las 21.30 en la Argentina), dos horas y media después del cierre de las urnas en Ecuador, el escrutinio del 85% del padrón mostraba que el candidato de Acción Democrática Nacional obtenía un 52,26%. Su rival, de Revolución Ciudadana, tenía 47,74%.
González, de 45 años, abanderada del movimiento del ex presidente Rafael Correa, Revolución Ciudadana, fue la ganadora de la primera vuelta, con el 33,61% de los votos, pero no llegó a cumplir su expectativa de convertirse en la primera mujer electa como jefa de Estado.
Minutos antes de las 7 de la tarde en Ecuador, en el comando de campaña, en Olón, la localidad donde vive y donde votó Noboa, en la provincia costera de Santa Elena, se respiraba aire de triunfo.
En tanto, en Guayaquil, bastión del candidato, había festejos en las calles del centro. En el Malecón frente al río Guayas, seguidores de Noboa con banderas y carteles salieron a celebrar y a expresar su confianza en que el nuevo presidente traerá un cambio.
Noboa, de la coalición Acción Democrática Nacional (ADN) que en la elección del 20 de agosto cosechó el 23,47%, promete un cambio en el estilo de hacer política en el país y gobernar con la mirada en los jóvenes.
En el hotel de Quito donde Luisa González y su equipo esperaron los resultados, en cambio, había silencio. Los asesores de la candidata llamaban a esperar una tendencia más firme antes de hacer declaraciones.
Aunque encarnaron dos modelos opuestos de gobierno -una victoria de González significaría el regreso del correísmo al poder en Ecuador, mientras Noboa se presentó siempre como "lo nuevo"- lo cierto es que al final de la campaña los dos apostaron a grandes rasgos a los mismos objetivos, los más urgentes para los ecuatorianos de a pie.
Ambos prometieron resolver en primer lugar la grave crisis de seguridad que desangra al país con crímenes cada vez más frecuentes y violentos atribuidos por las autoridades especialmente a las bandas del narcotráfico que extienden sus tentáculos por el país y digitan asesinatos y secuestros desde las cárceles.
También prometieron empleo y oportunidades para los jóvenes, y planes para mejorar la situación en escuelas y hospitales para que todos los ecuatorianos tengan la atención a la salud y la educación que se merecen.
Resolver la crisis económica y la crisis política no será tarea sencilla, porque además será un mandato particularmente corto y envuelto en un clima político frágil.
Mandato corto
El ganador asumirá posiblemente en diciembre -no se anunció la fecha definitiva- y gobernará solo 18 meses, hasta mayo de 2025, pues es el tiempo que falta para completar del mandato del actual presidente conservador Guillermo Lasso, tras su decisión de disolver el Parlamento para evitar un juicio político que había iniciado la oposición en el Legislativo por un presunto caso de corrupción dentro de su gobierno.
En mayo pasado, Lasso recurrió al mecanismo constitucional conocido como “muerte cruzada”: disolvió el Congreso y llamó a elecciones anticipadas. Desde entonces gobierna por decreto, pero decidió no presentarse a estas elecciones.
La jornada electoral transcurrió en calma y sin incidentes mayores. Y, como la primera vuelta, se realizó bajo un impresionante despliegue de seguridad, en especial en las ciudades más golpeadas por el crimen y la violencia, como Guayaquil, Durán y Cuenca.
"Vivimos una fiesta democrática", dijo la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamaint, a las cinco de la tarde en punto, cuando cerraron los centros electorales.
Los dos candidatos votaron antes del mediodía. La primera fue Luisa González, poco después de las 8 de la mañana en Canuto, en la provincia de Manabí. Llegó rodeada de policías y militares y enfundada en el chaleco antibalas con el que se la vio durante la campaña. Allí llamó a votar con "memoria".
Noboa votó después de las 11 de la mañana, en la localidad de Olón, en la provincia costera de Santa Elena, donde espera los resultados junto a su familia.
"Un fuerte abrazo a todos los ecuatorianos que nos están apoyando en esta jornada electoral. Hoy ganamos", aseguró confiado el candidato, quien llegó junto a su esposa, Lavinia Valbonesi.
Quién es Daniel Noboa
Noboa será a los 35 años el presidente más joven del Ecuador.
Una semana antes de la primera vuelta del 20 de agosto, Noboa luchaba por no salir último entre los ocho candidatos presidenciales en carrera. Ni siquiera arañaba el 5% de las preferencias, según distintos sondeos.
Noboa no estaba en los planes de nadie. Su discurso moderado y antigrieta metió a último momento una poderosa cuña en un electorado cansado de la polarización entre los seguidores y detractores del expresidente Rafael Correa, condenado a 8 años de prisión por corrupción en 2020 y exiliado actualmente en Bélgica.
El debate presidencial del 13 de agosto puso a Noboa en primer plano. Cuatro días antes había sido asesinado de tres balazos en la cabeza el candidato del derechista movimiento Construye, Fernando Villavicencio. Ante una sociedad asqueada y temerosa por la violencia incontenible del narcotráfico, el joven empresario, de 35 años y heredero de un emporio bananero, logró con su prudencia colarse entre los indecisos.
De esa manera y a último momento, logró llegar al balotaje.
Noboa no es un outsider. Fue asambleísta hasta mayo pasado con un perfil sumamente bajo. Es considerado una figura fresca, antipolitica. Los ecuatorianos lo ven como un empresario joven, exitoso y miembro de una familia reconocido en la política nacional.
Su padre, Alvaro Noboa, fue candidato presidencial en 1998, 2002, 2006, 2009 y 2013. Siempre perdió, pero construyó una base política con partido propio que aprovechó su hijo. Es considerado el hombre más rico del Ecuador con una fortuna estimada de 910 millones de dólares, diseminada en la industria bananera, el transporte y los negocios inmobiliarios, con ramificaciones en el exterior.
Con información de El Clarin y TN
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