Luis Rubiales, el suspendido presidente de la Federación Española de Fútbol, finalmente cedió el domingo ante una inmensa presión y renunció a su cargo, tres semanas después de que su beso en los labios a una jugadora eclipsó el primer título mundial femenino de España.
Rubiales estaba en el centro de una controversia que había ido mucho más allá de las fronteras de España y del mundo del deporte tras besar a Jenni Hermoso durante la ceremonia de premiación televisada a nivel mundial en Sídney, Australia. La jugadora dijo que el beso fue sin su consentimiento.
"Después de mi rápida suspensión por parte de la FIFA, y el resto de los casos que se acumulan en mi contra, está claro que no puedo volver al cargo", dijo Rubiales el domingo en un mensaje publicado en X, antes Twitter.
Ya había sido suspendido temporalmente de su trabajo por la FIFA debido a su conducta en la final y, después de que el organismo mundial del fútbol abrió un caso disciplinario, se mantuvo desafiante y hostil hacia quienes lo criticaban.
Luego vino la amenaza más grave hasta el momento, cuando los fiscales españoles lo acusaron el viernes de agresión sexual y coacción después del beso, dos días después de que Hermoso lo acusó formalmente de agresión sexual.
Rubiales, que alguna vez fue el hombre más poderoso del fútbol español, insistió en que el beso fue consensuado y tuvo lugar en un “momento de júbilo”. Dijo que era como uno que “podría regalarle” a una de sus hijas.
Hermoso negó esa afirmación en declaraciones emitidas por ella y el sindicato de jugadores. La jugadora también dijo que ella y su familia fueron presionadas por la federación para mostrar su apoyo a Rubiales.
Los aficionados, jugadores y políticos discreparon públicamente con Rubiales y lo vieron como un acto sexista y un abuso de autoridad.
“El ex presidente de la Federación Española de Fútbol ha hecho lo que tenía que hacer”, dijo el secretario de Estado de Deportes de España, Víctor Francos, a la radio Cadena SER. “Creo que es lo que le había pedido prácticamente toda la sociedad española”.
Rubiales dijo que también había dimitido como vicepresidente de la UEFA debido al peligro para la reputación que el escándalo podría infligir a la candidatura conjunta de España para albergar la Copa Mundial masculina de 2030 junto con Portugal, Marruecos y posiblemente Ucrania.
Añadió que le había informado de su renuncia al presidente interino de la federación española, Pedro Rocha, quien lo reemplazó cuando fue suspendido el 26 de agosto. La federación española confirmó la dimisión de Rubiales en un comunicado y añadió que seguiría sus estatutos y convocaría elecciones para un nuevo presidente.
También el domingo, Rubiales dijo: "Voy a (dimitir), no puedo continuar con mi trabajo", en respuesta a una pregunta del presentador de televisión Piers Morgan en el programa británico TalkTV. Los clips del programa se publicaron el domingo en un momento similar al de la publicación de Rubiales en las redes sociales.
“Mi padre, mis hijas, hablé con ellos... y unos amigos muy cercanos a mí, y me dicen 'Luis, ahora tienes que concentrarte en tu dignidad y seguir con tu vida, porque si no, probablemente van a dañar a las personas que amas y al deporte que amas'", le dijo Rubiales a Morgan.
"En esta situación actual, (es) lo que tengo que hacer".
Con información de VOA
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