La policía lanzó gas lacrimógeno contra manifestantes en
París y en otras ciudades francesas el jueves, luego de que cientos de miles de
personas volvieron a salir a las calles de todo el país para expresar su
desacuerdo con la polémica reforma al sistema de pensiones del presidente
Emmanuel Macron.
La propuesta de Macron para aumentar la edad de
jubilación de 62 a 64 años ha desencadenado despliegues de oposición desde hace
meses. Las discusiones entre líderes sindicales y la primera ministra Elisabeth
Borne colapsaron rápidamente el miércoles sin que se produjera un avance, lo
que sentó las bases para las nuevas manifestaciones que fueron mayormente
pacíficas, pero también incluyeron actos de violencia.
Los sindicatos prometieron mantener su resistencia y
convocaron a otra ronda de protestas dentro de una semana. Pero las huelgas
laborales que han causado trastornos significativos desde enero perdieron algo
de su impacto, debido a que cada vez menos trabajadores participan en ellas.
El sistema de metro de París operó casi con normalidad el
jueves, a diferencia de otros días de protestas. Menos del 8% de los profesores
participaron en la huelga, de acuerdo con el Ministerio de Educación.
Sin embargo, los huelguistas volvieron a cerrar la Torre
Eiffel, y los sindicatos movilizaron grandes multitudes de manifestantes en
todo el país. El Ministerio del Interior dijo que 570.000 personas participaron
en las protestas, mientras que los sindicatos afirmaron que la cifra era más
cercana a los 2 millones.
Hubo escenas caóticas en las protestas de París, donde
dejaron un rastro de destrucción por las calles. Los manifestantes arrojaron
proyectiles a la policía cuando llegaron a La Rotonde, un restaurante
frecuentado por Macron durante las elecciones presidenciales de 2017.
Un pequeño incendio quemó partes del toldo exterior del
elegante local y algunas de sus ventanas fueron rotas. Algunos manifestantes
también atacaron bancos, derribaron una protección de madera colocada alrededor
de una sucursal y rompieron las ventanas con martillos y piedras antes de que
la policía los dispersara.
La policía disparó varias descargas de gas lacrimógeno y
persiguió a los manifestantes que iniciaron incendios.
El sindicato CGT estimó que 400.000 personas se unieron a
la protesta de París, en comparación con las 450.000 que participaron la semana
previa. La cifra estimada de la policía fue mucho menor: de 57.000. La policía
detuvo a por lo menos 31 personas en la capital francesa. La policía parisina
también reportó decenas de heridos entre sus filas, incluidos 13 agentes que
fueron atendidos en hospitales.
Con información de AP
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