El número de víctimas mortales civiles de los
enfrentamientos en Sudán entre el ejército regular y paramilitares ha
aumentado a 56, mientras que 595 personas han resultado heridas, incluidos militares,
según informó el domingo el Sindicato de Médicos de Sudán en su cuenta de
Twitter.
Asimismo, la organización mencionó "decenas de muertes entre los
militares", sin dar un número concreto debido a la falta de información de
primera mano de muchos de los hospitales a los que fueron trasladadas esas
víctimas.
Una serie de enfrentamientos armados entre el Ejército y el grupo paramilitar
Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) estallaron en la mañana
de este sábado en Jartum, la capital de Sudán, y en otras ciudades
cercanas.
Las tensiones entre el Ejército y las RSF vienen
aumentando a lo largo de los últimos meses, pero el conflicto entre ambas
partes se intensificó esta semana, a raíz de una serie de desencuentros
relativos a cuestiones de seguridad y de la reforma militar.
Todo esto es producto del golpe de estado que se produjo
en Sudan el 25 de octubre de 2022
Las FAR dicen que controlan
el palacio presidencial
Durante días, la calle había estado llena de rumores de
una inminente guerra de guerrillas entre los dos bandos. El sábado por la mañana,
Jartum se despertó con el sonido de disparos fuertes y explosiones casi
continuas.
En pocas horas, las FAR
anunciaron que habían tomado el aeropuerto internacional de Jartum, en el
corazón de la capital, luego el palacio presidencial, donde suele sentarse el
general Burhane, así como el palacio reservado a los
invitados de Estado, un aeropuerto en el norte del país y "otras bases en
diferentes provincias".
En un comunicado de prensa, llaman a la población a
"unirse a ellos" y afirman a los militares que no están
"apuntando a ellos, sino a su estado mayor que los utiliza para mantenerse
en su trono, aunque eso signifique poner en peligro la estabilidad de la
país".
Los residentes están confinados en sus casas. “Como todos
los sudaneses, sigo protegido”, tuiteó el embajador estadounidense John
Godfrey.
Sudán se encuentra inmerso en un proceso de transición
democrática con el objetivo de poner fin a la crisis política desatada tras el
golpe de Estado en octubre de 2021.
El pasado 8 de enero comenzó la fase final del proceso
político entre los firmantes del "acuerdo marco", alcanzado el 5 de diciembre entre militares y civiles y que definía los pasos para
establecer un gobierno civil que sustituya al actual militar.
Sin embargo, la firma del acuerdo político definitivo
entre las diferentes partes involucradas en el proceso de transición de Sudán,
que estaba prevista que fuera rubricada el 1 de abril, quedó pospuesta hasta en
dos ocasiones por falta de consenso sobre la creación de un Ejército unificado
con las FAR.
¿Cuál es el origen del
conflicto?
Las desavenencias entre el Ejército sudanés y las FAR se
remontan al año 2019, cuando estas últimas fueron acusadas de ser el brazo
visible de la represión que acabó con la vida de cientos de manifestantes que
acamparon frente a la sede del Ejército en protestas que propiciaron la caída
de Al Bashir.
La plataforma opositora Fuerzas de la Libertad y el
Cambio pidió entonces su disolución y recordó que este grupo cometió crímenes
contra la humanidad en Darfur.
Fue entonces cuando Hemedti afirmó que el desalojo de esa
sentada "fue una trampa y el objetivo eran las FAR", que según el
líder de este grupo armado fueron víctimas de unos oficiales de diferentes
rangos, si bien no acusó formalmente al Ejército.
La suma de estas situaciones dificulta la integración
efectiva de las FAR en el Ejército nacional de Sudán, pese a los intentos y
compromisos anunciados tanto por Al Burhan como por Hemedti.
Sudán se encuentra inmerso en un proceso de transición democrática con el objetivo de poner fin a la crisis
política desatada tras el golpe de Estado en octubre de 2021.
Con información de RT, AFP, EFE, France 24
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