Estiman que suspender el diálogo afecta a Gobierno, oposición y al país

Estiman que suspender el diálogo afecta a Gobierno, oposición y al país

La suspensión del diálogo entre representantes del Gobierno y la oposición, cuya posibilidad pareciera imponerse de acuerdo con declaraciones recientemente emitidas, plantea una interrogante: ¿Quién gana y quién pierde con la interrupción de las negociaciones?

Para el periodista y analista político Vladimir Villegas, consultado por El Universal, “pierde el país, porque es una oportunidad que se aplaza para atender los graves problemas que afectan a la población”.

Por su parte el politólogo Oswaldo Ramírez, entrevistado sobre el tema por La Voz de América (VOA), estima que, “en el corto plazo, la oposición perdería al no lograr las condiciones y garantías para un proceso electoral”.

Gobierno desmotivado


En fecha reciente el presidente Nicolás Maduro aseguró que su Gobierno no tiene “garantía”, “certeza” ni “motivación” para regresar a la mesa de diálogo, insistiendo en que la oposición ha incumplido el acuerdo de crear un fondo de 3.000 millones de dólares con recursos congelados en el exterior que, administrado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), se destinaría a atender las necesidades más urgentes en Venezuela, especialmente en materia de derechos humanos.

Al respecto, el jefe de la delegación de oposición que participa en el diálogo, Gerardo Blyde, sigue respondiendo que “la liberación de dichos recursos no depende directamente de su grupo” y negó que estén incumpliendo el acuerdo, precisando que “no se establecieron lapsos para la liberación de los fondos”.

El país perdedor


“Quienes pierden con que se demore o se interrumpa el diálogo que se realizaba en México somos todos los venezolanos, porque las élites políticas de uno y otro lado no viven la problemática que sufre la población”, aseveró Villegas.

─¿Quién tiene la culpa?


─Yo diría que ambos. Sin embargo, el Gobierno tiene la mayor responsabilidad; aunque se trate de una responsabilidad compartida, porque quizás no han puesto todo su empeño en sentarse y plantear propuestas realmente sensatas y que contribuyan a mejorar la situación del país y, sobre todo, a ponerse en el lugar del otro que está negociando. Es decir: es importante la voluntad política.

─¿Qué opina de la argumentación del Presidente?


─Yo no estoy de acuerdo con ella. Creo que el diálogo es siempre necesario aunque, por supuesto, el asunto de que no se hayan liberado los recursos aprobados en la última reunión sería un punto pendiente. Estimo que hay muchos aspectos del diálogo que se pueden resolver antes y no necesariamente en el exterior. Por ejemplo: hablar sobre la libertad de los presos políticos, respeto a los derechos humanos y de los trabajadores, así como de los derechos de protesta.

─¿Puede aceptarse como válida la respuesta de Blyde?


─No es tan válida, porque si bien la oposición no tiene la decisión sobre ese tema, puede pedirle públicamente al Gobierno de Estados Unidos que libere esos recursos. Porque esos no son recursos para el presidente Maduro, sino para todo el país. Que haya un mecanismo de control es otra cosa, pero solamente con decir que ellos no son los que imponen las sanciones no es suficiente; tiene que haber un pronunciamiento claro, porque al final los costos de las sanciones los paga la población. Y mientras el liderazgo opositor no entienda eso, va a estar por fuera de lo que son las realidades.

En manos de dialogantes está retomar la normalidad


Vladimir Villegas, también exdiplomático y luchador gremial en el sector de la Comunicación Social, se refirió a lo que estima debe ser la actitud y decisión de los dos sectores involucrados en el diálogo, en función de evitar los perjuicios que se causarían con la suspensión de las negociaciones que se venían desarrollando en México, con el apoyo del Reino de Noruega.

Consultado sobre la actitud que deberían adoptar los dos sectores involucrados en las negociaciones, indicó que, en primer lugar, “se impone un sentimiento de grandeza, de corresponsabilidad con la suerte de Venezuela”.

Estima Villegas que “en las manos de ambos sectores está que en Venezuela vayamos a una normalidad, sobre la base de atender las carencias alimentarias que afectan a un inmenso sector de la población y que determina un estado de desnutrición en muchos hogares; que se cuente con servicios públicos adecuados, especialmente en las áreas de la salud, la educación y la seguridad pública, y que se respeten, entre otros derechos, los relacionados con la dignidad de las personas”.

Por su parte Oswaldo Ramírez, politólogo y consultor de estrategias, advierte que si el presidente Maduro no demuestra “ciertos compromisos”, la posibilidad de flexibilización de sanciones podría revertirse.

Con información de El Universal

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