Este viernes, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, salió del país ante la llegada de su entrega del poder al líder de izquierda Luiz Inácio Lula Da Silva. Esto ocurrió luego de una despedida de más de 50 minutos en sus redes sociales.
"Estoy en vuelo, vuelvo pronto" reseñó CNN Brasil, pese a que no detalló el lugar a donde se dirigía. De acuerdo al reporte del medio internacional, los rumores que que alegaban que el mandatario saldría del país con destino a los Estados Unidos se habrían vuelto realidad.
La salida de Bolsonaro ocurre a dos días de que su inmunidad como primer mandatario caduque, en un momento en el que se ha visto señalado en varios casos judiciales, a los que tendría que hacer frente por delitos cometidos por su administración en los últimos cuatro años.
Trascendió que tras despedirse de sus seguidores, sin mencionar que volaba hacia EEUU, Bolsonaro embarcó un avión de la fuerza aérea alrededor de las 14:00 horas de Brasil.
Indulto a crímenes de lesa humanidad
El caso más reciente que debería enfrentar el ultraderechista mandatario es el de esta misma jornada cuando la Corte Suprema de Brasil le otorgó sólo 48 horas (el tiempo que le queda de inmunidad) para explicar indultos navideños que otorgó a 74 policías militares, entre ellos cinco ya fallecidos, condenados por crímenes de lesa humanidad en la que se considera la mayor masacre perpetrada por fuerzas de seguridad de ese país.
Todos los indultados el 23 de diciembre por Bolsonaro fueron condenados a penas de entre 48 y 624 años de prisión por la que es considerada la mayor matanza perpetrada por fuerzas de seguridad en toda la historia de Brasil.
Incitación a crímenes sanitarios
Dos días antes, la Policía Federal de Brasil determinó que Bolsonaro cometió incitación al crimen cuando asoció el virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) con la aplicación de vacunas para combatir el nuevo coronavirus SarsCov2, causante de la covid-19.
Vale recordar que Brasil aún ostenta el infame récord de ser la segunda nación con más fallecidos por la enfermedad en todo el orbe y las falsas informaciones difundidas por el ultraconservador tendría gran repercusión en que la población no se vacunara y eso habría impactado fundamentalmente el el numero de fallecidos que supera ya la cifra de 691.600 decesos.
También impulsó el repudio al uso de las mascarillas o nasobucos y aseguró a sus seguidores que la mayoría de las víctimas mortales de gripe murieron por una neumonía causada por el uso de máscara.
Un dato importante es que, a inicios de diciembre, Bolsonaro fue convocado declarar en referencia a las investigaciones pero no respondió, y al vencer el plazo ofrecido por la Policía Federal y los agentes entendieron que el presidente optó por permanecer en silencio y emitieron el informe sin sus respuestas a las acusaciones.
Otros cargos por gestión de la pandemia
Vale recordar que en octubre de 2021, el Senado de Brasil señaló a Bolsonaro en nueve (9) acusaciones relacionadas a la gestión de su Gobierno durante la pandemia por covid-19.
El grupo parlamentario acusó al mandatario por «crímenes contra la humanidad» a partir del negacionismo respecto a la pandemia, lo que aumentó el número de víctimas mortales y de enfermos; que implicaron millonarios gastos en el país, el informe del comité recomendó que el presidente brasileño, cuatro de sus ministros y otras 61 personas enfrenten a cargos penales.
Apología a la violencia y el terrorismo
Otro caso reciente que involucraría la gestión de Bolsonaro está representado en el intento de atentado terrorista que frustró la Policía en Brasilia, cerca de un aeropuerto, cuando detectaron a tiempo los explosivos en una camión cisterna lleno de combustible pretendía hacer estallar un empresario de 52 años, Geroge Washington de Oliveira, bolsonarista confeso quien regenta una gasolinera en el estado de Pará.
Tras ser detenido, según medios locales, Oliveira, ahora trasladado a una cárcel de máxima seguridad cerca del Distrito Federal, aseguró que estaba «preparado para matar o morir» y confesó que llegó a Brasilia para ser parte del campamento de partidarios de Bolsonaro, quienes frente al cuartel general del Ejército pedían un golpe de Estado.
El terrorista detenido es sólo uno de los casi 700 mil brasileños con armas que surgieron desde que Bolsonaro fue electo en 2018 y flexibilizó las leyes para comprar armamento, con el eslogan ultraderechista de que ‘una población armada nunca será esclavizada’.
(Con información de UN)
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