Por: José Miguel Lara Mania *
Bien tuvo razón la historiadora Ana Teresa Torres en su libro La Herencia de la Tribu (2009) cuando escribió: "Los héroes andan sueltos". Estamos en el 2022 y siguen sueltos.
Cuando hago referencia al arquetipo del héroe, me refiero a una especie de súper-hombre o súper-mujer, caracterizado por ciertos valores y comportamientos moldeados en el imaginario colectivo a partir del mito de la independencia, que nos hace creer que estamos destinados por la providencia a la gloria, debido al sacrifico y las pérdidas humanas y materiales producidas durante la independencia; o como dijo el Libertador Simón Bolívar: "Gracias a la Gloria del martirio".
En nuestra historia la celebración de los triunfos épicos, deja poco espacio para la construcción de ciudadanía y para el cultivo de los valores de la civilidad, que son frutos de un esfuerzo constante para mejorar la convivencia y no como los héroes lo entienden, un producto de la grandilocuencia épica.
De manera que el relato heroico ha prevalecido, sin atender la construcción social y cultural ciudadana. Los venezolanos no nos sentimos orgullosos de nuestra civilidad, toda nuestra atención la ocupa el poder desde la impronta personalista, el caudillo, el líder, el mesías salvador.
De esta forma llegaron los valores del "héroe" a la arena de la política. Eso se hace evidente cuando vemos la dificultad que tenemos para respetar las ideas de los otros. Para el "héroe" no existe otro con capacidad para proponer un proyecto viable que sirva para construir una mejor sociedad, más que él mismo.
El "héroe" es alguien preparado para el escándalo, sus acciones conducen a la sorpresa con la que busca romper los esquemas preestablecidos. El "héroe" siempre propone "salidas" insensatas, adelantar planes irrealizables, promover en los oyentes la necesidad de una novedad en la que no habían pensado nunca, mantener viva la esperanza de que en el futuro aguarda lo improbable.
Los "héroes" son promotores y están siempre listos para el show y el espectáculo, los podemos ver grabando "tik tok" en las pasarelas durante una sesión del parlamento nacional y/o colgando un "reel" en Instagram cantando un reguetón o un vallenato justo antes de presentarse en un mitin.
El "héroe" o la "heroína" siempre tienen una denuncia que hacer porque han sido víctimas de la maldad, de la persecución, de la agresión, sencillamente porque es valiente y siempre "defiende" la verdad, el honor y la moral.
Finalmente, el "héroe" nunca se ocupa de planificar una estrategia política que le permita construir acuerdos sociales capaces de mejorar la situación de los ciudadanos, porque no tiene capacidad dialógica, su comportamiento siempre es táctico porque prevalece su interés particular, la improvisación y el cortoplacismo creyendo que a él nada le puede salir mal, sin importarle el daño que le hace al bien común y a la causa ciudadana. El "héroe", en fin, se basta a sí mismo.
*). José Miguel Lara Mania es Politólogo, analista político y consultor digital.
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