Murió el narcotraficante colombiano Gilberto Rodríguez Orejuela

Murió el narcotraficante colombiano Gilberto Rodríguez Orejuela

El antiguo capo colombiano del narcotráfico Gilberto Rodríguez Orejuela murió la noche del martes a los 83 años de edad en un prisión de Carolina del Norte, confirmó este miércoles (01.06.2022) su abogado, David Markus, quien no ofreció más detalles.

El excapo cumplía desde 2006 una condena a 30 años de prisión en Estados Unidos por narcotráfico. «Nos entristeció mucho saber de su fallecimiento anoche. Nuestros pensamientos y oraciones están con su familia en este momento», dijo a Efe Markus.

En abril de 2020 Markus había denunciado que Rodríguez Orejuela era una persona de edad avanzada «con varias enfermedades crónicas» que corría riesgo de morir en pleno comienzo de la pandemia.

Alias 'el Ajedrecista', Gilberto Rodríguez Orejuela lideró, junto a su hermano Miguel, el poderoso Cártel de Cali, que llegó a controlar cuatro quintas partes del mercado de cocaína en Estados Unidos. Sobre todo, después de la caída de su rival, el Cártel de Medellín, con la muerte de su jefe, Pablo Escobar, a finales de 1993.

Cuando fue entregado a Estados Unidos en diciembre de 2004, en un vuelo de madrugada de Bogotá a Miami, Gilberto Rodríguez Orejuela se convirtió en el mayor capo de la mafia jamás extraditado por Colombia. 

Las imágenes que los mostraban fuertemente escoltado, esposado y con un chaleco antibalas, pasaron a ser un postal de la larga lucha contra el narcotráfico en el mayor productor de hoja de coca en el mundo. Su hermano Miguel siguió sus pasos pocas semanas después, a comienzos de 2005. 

Hasta entonces, los máximos capos que había extraditado Bogotá habían sido Carlos Ledher y Fabio Ochoa, mandos de segundo nivel en el cartel de Medellín.

Los dos hermanos Rodríguez Orejuela libraron durante largos años una batalla jurídica para intentar impedir su extradición. 

Siempre creyeron que contaban con la carta bajo la manga de haber colaborado en la persecución de Pablo Escobar, su gran enemigo, quien murió a tiros sobre un tejado en diciembre de 1993, y que eso de alguna manera les evitaría acabar sus días en Estados Unidos. 

Las autoridades norteamericanas aseguraban tener pruebas de que Gilberto y Miguel nunca dejaron el narcotráfico y manejaban sus negocios desde la prisión. Según la DEA, entre los Rodríguez Orejuela con el cartel de Cali y Escobar con el de Medellín fueron responsables del 80% de la cocaína que ingresó entre 1984 y 1990 a Estados Unidos.

Eran los años en que el narcotráfico permeaba sin freno a la sociedad colombiana, lo que provocó un enfrentamiento con el Estado en el que los capos decían preferir una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos. 

Ante el terrorismo desatado principalmente por el cartel de Medellín, el presidente Virgilio Barco (1986-1990) "respondió con una guerra total contra el narcotráfico, en la que trató de presentar a Colombia ante la opinión mundial como una víctima de un negocio global, que no podría resolverse sin la colaboración de todos los países, consumidores y productores", escribe Jorge Orlando Melo en su celebrada Historia mínima de Colombia. 

La extradición fue desde entonces tanto un motivo de disputas jurídicas y políticas como una herramienta de presión.

Los hermanos Rodríguez Orejuela también fueron protagonistas de primera línea en el escándalo político por el ingreso de dineros del narcotráfico a la campaña que llevó a la Presidencia a Ernesto Samper en 1994.

"A pesar de que Samper sostuvo que ese apoyo fue a 'sus espaldas', lo que fue aceptado por el Congreso que lo juzgó, y enfrentó con fuerza a los traficantes de Cali, el gobierno estadounidense no confiaba en él y muchos sectores locales se unieron para buscar su retiro", escribe Melo con la mirada del historiador. 

Los jefes del cartel de Cali fueron capturados durante ese mismo Gobierno, y posteriormente extraditados en el de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010). 

Los Rodríguez Orejuela habían dicho el año pasado que quisieran comparecer ante la Comisión de la Verdad surgida del acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC, y en una carta deslizaron que habían financiado no solo la campaña de Samper, sino también la del expresidente Andrés Pastrana (1998-2002).

Al igual que Medellín, Cali sufrió a finales del siglo pasado el estigma del narcotráfico y su profunda penetración incluso alcanzó al fútbol. Los Rodríguez Orejuela se hicieron con el control del América de Cali en 1979, una sombra que se alargó por décadas.

Esos dineros ilícitos permitieron contrataciones estelares que llevaron al América a dominar la Copa Libertadores en los años 80, aunque sin llegar a ganar el trofeo. No era ningún secreto. 

En un recordado episodio, Anthony El pitufo de Ávila, un ídolo americano, llegó a dedicar un gol clave con la selección colombiana en las eliminatorias a Francia 98 a "unas personas que están privadas de la libertad…Gilberto y Miguel".

Con información de EFE

Publicar un comentario

0 Comentarios