Fiesta y fiesta, pintura y pintura

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A quienes nos gusta la fiesta y la oportunidad de compartir la alegría agradecemos el ánimo festivo que caracteriza a las nuevas autoridades del estado y de la ciudad de Mérida, pero no nos deja de llamar la atención que entre tanta festividad los problemas persistan. De manera que no nos molesta para nada la fiesta, sino que se distraigan los esfuerzos y no se resuelvan las cosas.

Debemos reconocer que tanto el gobernador como el alcalde de la ciudad están trabajando intensamente por todos los ciudadanos pero aun así la cantidad de problemas que se afrontan son muchos por lo que no se puede dejar escapar el tiempo: hay que resolver.

Fiesta y fiesta, pintura y pintura pero las calles siguen llenas de huecos. Por donde pase encontrará deterioro acumulado.

Entre fiesta y fiesta, pintura y pintura usted visita el centro de la ciudad capital y sólo encontrará oscuridad y ausencia de seguridad pública.

Entre fiesta y fiesta, pintura y pintura la verdad es que Mérida se muere como destino turístico porque con el Aeropuerto Alberto Carnevali no pasa nada y para llegar por carretera a Mérida no hay gasolina.

Entre fiesta y fiesta, pintura y pintura el hospital universitario y los más importantes ambulatorios siguen sin insumos fundamentales.

Entre fiesta y fiesta, pintura y pintura la parroquia Jacinto Plaza sigue abandonada a su suerte, llena de problemas que se acumulan y muy pocas soluciones de emergencia que nunca son suficientes.

De manera que lo que sí nos preocupa es que el gobierno se dedique a lo accesorio y no a lo fundamental.

Por: Luis Loaiza

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