La ONG Transparencia Venezuela colocó este jueves, nuevamente sobre el tapete, a través de su cuenta en Twitter, las verdaderas razones que han contribuido al virtual colapso del Sistema Eléctrico Venezolano (SEN), afirmando que en 1999 el sector eléctrico gozaba de buena salud, la capacidad instalada era de 14 mil megavatios, más de lo que Venezuela demandaba.
En 2007, el gobierno de Hugo Chávez, decretó la estatización total del sector eléctrico dando paso a un procesos devastador que terminó con el control total de la industria en 2010. Corpoelec se convirtió en el operador único del sector.
"Desde 2010 la generación hidroeléctrica se redujo por la sequía, la respuestas de las plantas termoeléctricas fue insuficiente. Chávez declaró el Estado de Emergencia. Así inicio el «Plan de racionamiento eléctrico«.
"El Estado de Emergencia le permitió a Corpoelec, Pdvsa y al Ministerio de Energía Eléctrica adquirir equipamiento sin licitaciones, esto terminó en grandes casos de corrupción que han quedado impunes ante la justicia venezolana" reveló la organización.
Hasta 2014 más de 40 proyectos habían sido adjudicados para aumentar la generación hidroeléctrica y termoeléctrica. En todos se detectó sobreprecio y el uso de tecnología obsoleta o no compatible con el sistema venezolano.
Las plantas termoeléctricas compradas a Derwick resaltan en la historia de corrupción en este sector: se adquirió equipamiento y equipo desarmando que no eran necesarios y que nunca fueron instalados.
La Central Hidroeléctrica de Tocoma debió estar lista en 2014 pero hasta 2018 tenía un avance de 87% y estaba paralizada.
Documentos obtenidos por Transparencia Venezuela develan que Venezuela se comprometió a pagar a Odebrecht la cantidad de US$ 2.471.000.000 por las obras civiles de Tocoma.
El abandono del mantenimiento, el desconocimiento de los planes de desarrollo, la corrupción y el clientelismo derivaron en los peores indicadores del servicio eléctrico en Venezuela.
Con información de El Impulso
En 2007, el gobierno de Hugo Chávez, decretó la estatización total del sector eléctrico dando paso a un procesos devastador que terminó con el control total de la industria en 2010. Corpoelec se convirtió en el operador único del sector.
"Desde 2010 la generación hidroeléctrica se redujo por la sequía, la respuestas de las plantas termoeléctricas fue insuficiente. Chávez declaró el Estado de Emergencia. Así inicio el «Plan de racionamiento eléctrico«.
"El Estado de Emergencia le permitió a Corpoelec, Pdvsa y al Ministerio de Energía Eléctrica adquirir equipamiento sin licitaciones, esto terminó en grandes casos de corrupción que han quedado impunes ante la justicia venezolana" reveló la organización.
Hasta 2014 más de 40 proyectos habían sido adjudicados para aumentar la generación hidroeléctrica y termoeléctrica. En todos se detectó sobreprecio y el uso de tecnología obsoleta o no compatible con el sistema venezolano.
Las plantas termoeléctricas compradas a Derwick resaltan en la historia de corrupción en este sector: se adquirió equipamiento y equipo desarmando que no eran necesarios y que nunca fueron instalados.
La Central Hidroeléctrica de Tocoma debió estar lista en 2014 pero hasta 2018 tenía un avance de 87% y estaba paralizada.
Documentos obtenidos por Transparencia Venezuela develan que Venezuela se comprometió a pagar a Odebrecht la cantidad de US$ 2.471.000.000 por las obras civiles de Tocoma.
El abandono del mantenimiento, el desconocimiento de los planes de desarrollo, la corrupción y el clientelismo derivaron en los peores indicadores del servicio eléctrico en Venezuela.
Con información de El Impulso
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