El Atlético batalló hasta el final y se quedó sin premio

El Atlético batalló hasta el final y se quedó sin premio

Superviviente en la ida, rebelde en la vuelta, aclamado por su orgulloso público, el Atlético de Madrid asustó al Manchester City en el Wanda Metropolitano, llevó la emoción del duelo por un puesto en las semifinales de la Liga de Campeones hasta el último instante, pero se quedó corto y ambos equipos no pudieron pasar del empate a cero que benefició al City por el 1-0 conseguido en la ida.


El City seguirá en la capital de España para jugar las semifinales, pues será el rival del Real Madrid. En la ida, el Atlético escondió sus miedos en un repliegue intenso sobre el que se refugió ante la tormenta que intuía, que no fue para tanto.

Igual que el «plan» al que tanto han recurrido los colchoneros para explicar cuestiones que no se circunscriben tanto a lo que pretendía Simeone en la ida, como no dar dos pases seguidos o no salir jamás al contragolpe en todo el primer tiempo, no salió del todo, tampoco el marcador, por una derrota mínima, sí, por 1-0 nada más, sin el valor doble de los goles fuera de casa de antes, pero una derrota al fin y al cabo que condicionó todo para este miércoles.

La vuelta demostró otro equipo rojiblanco, no tan defensivo ni tan conformista o impreciso ni, sobre todo, tan temeroso como se presentó hace una semana en Manchester. Todo lo contrario.

Fue otro en sus diversos registros por los que circula, en su forma de manejar el cómo, cuándo y dónde de cada presión, cada repliegue, cada movimiento, cuando descubrió un campo contrario que apenas pisó en la ida, cuando se atrevió a mucho más de lo que se atrevió en el estadio Etihad, cuando le transmitió a su oponente que no sólo comprende la defensa. Y ataca, liderado por Lemar y Joao Félix, sus jugadores distintos.

De primer momento, no alteró al City, pero en el segundo tiempo, sí. La visita es un equipo tan hecho, tan marcado, tan riguroso con su estilo que soportó los primeros amagos del Atlético para tomar, en el minuto 20, el mando del partido y de la eliminatoria.

No le intimidó la intensidad del conjunto rojiblanco para dirigir el encuentro a un escenario mucho más acorde a sus cualidades, también porque el equipo madrileño reculó un poco para avanzar después.

Los de Guardiola empujaron al Atlético a su territorio, ese en el que Bernardo Silva, Gundogan, Mahrez, De Bruyne y Foden se sienten superiores. Por más complejidad que planteó Simeone, ya más replegado que contestatario, más conservador que rebelde mediado el primer tiempo, el City generó lo suficiente como para meter el miedo en el cuerpo a los locales: dos pases dentro del área que invitaban al gol, un remate al poste de Gundogan y un cabezazo de Stones.

El Atlético surgió con todo en el segundo tiempo, descubrió la ambición de un grupo que no le teme a nada, que acepta cualquier desafío y lo disputa. El equipo de Diego Simeone hizo dudar al City, superado ya en cada lance, en cada segunda jugada, en cada pelota dividida, sin sentirse todo lo controlador que había sido siempre, cuando percibió que no había ganado nada, que aún le quedaba sufrir.

Lo hizo cuando la volea de Griezmann se perdió a la derecha de la portería de Ederson en un recorrido interminable para cada jugador del City y del Atlético, cuando el equipo colchonero le quitó cada vez más arriba el balón.

En otra acción de peligro, De Paul remató fuera un pelota que estaba casi frontal al área. Luego, los locales desataron todo lo que debía haber sido a lo largo de la eliminatoria, competitivo como lo fue siempre en toda la era Simeone, no sólo para defender, sino para buscar los goles, que son el único factor concluyente en el fútbol. La diferencia entre estar o no en semifinales.

No los encontró el Atlético, que insistió, insistió e insistió hasta el final, hasta el punto de que el City se atrincheró en algunas jugadas en su área, con la sustitución de Bernardo Silva por Fernandinho para el tramo final, con la respuesta de Simeone en la entrada de Luis Suárez y Matheus Cunha para poner de nuevo en jaque al equipo de Pep Guardiola que perdió tiempo sin rubor cuando vio el resultado en el aire. No fue suficiente para un Atlético que se quedó con 10 después de la expulsión de Felipe y en medio de una verdadera batalla campal entre ambos conjuntos.

El gol de Kevin De Bruyne en la ida terminó desequilibrando la serie a favor de los citizens y marcó la eliminación del equipo madrileño que fue aclamado por su afición, pero se quedó sin premio a su esfuerzo tardío.

Con información de EFE

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