El presidente de Perú, Pedro Castillo, aceptó la renuncia de su ministro del Interior, Avelino Guillén, y también destituyó al jefe de la Policía Nacional (PNP), Javier Gallardo, quienes protagonizaron un enfrentamiento en ese sector durante las últimas semanas.
Castillo informó, en un breve mensaje publicado en su cuenta en Twitter, que «como jefe de Estado» decidió «dar por concluida la designación» del comandante general de la PNP, Javier Gallardo.
Ese anuncio fue oficializado a primera hora de este lunes, con la publicación de una resolución en el diario oficial El Peruano que dio por concluidas las funciones de Gallardo y lo envió al retiro.
El mandatario informó, además, que aceptó la renuncia del exfiscal Avelino Guillén al cargo de ministro del Interior y le agradeció «por los servicios prestados a la Nación».
Guillén renunció el viernes al no sentirse respaldado por Castillo en su recomendación de destituir a Gallardo, con quien mantenía grandes desavenencias en su criterio sobre los relevos y ascensos dentro de esta fuerza de seguridad.
Además, mantuvieron discrepancias por nombramientos en direcciones clave de la Policía y denuncias de corrupción al interior de la PNP, que incluso afirmaron que en el proceso de ascensos se pagó sobornos hasta por 25.000 dólares.
En una entrevista publicada este domingo en el diario La República, Guillén afirmó que «esperaba que el presidente de la República respaldara a su ministro, pero prefirió guardar silencio y ponerse de perfil».
«Ese es un silencio estruendoso, porque dice mucho, ha expresado una posición de respaldo claro y directo al señor comandante general de la Policía. Me siento en calma porque, a pesar de todas las limitaciones y enormes retos, alcanzamos los objetivos que inicialmente nos habíamos propuesto», sostuvo.
Guillén dejó el cargo pocos días después de que el Gobierno de Perú declaró en estado de emergencia la seguridad ciudadana en Lima y el puerto del Callao, vecino a la capital peruana, ante el incremento de crímenes y actos delictivos.
Esa medida fue aprobada el miércoles pasado por el Consejo de Ministros e implica que la Policía Nacional mantendrá durante 45 días el control del orden interno de Lima y el Callao, pudiendo solicitar el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Tras haber aceptado la renuncia de Guillén, quien fue el fiscal que logró en 2009 la histórica condena de 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad contra el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), Castillo deberá nombrar a su cuarto ministro del Interior en apenas seis meses de Gobierno.
Con información de EFE
Castillo informó, en un breve mensaje publicado en su cuenta en Twitter, que «como jefe de Estado» decidió «dar por concluida la designación» del comandante general de la PNP, Javier Gallardo.
Ese anuncio fue oficializado a primera hora de este lunes, con la publicación de una resolución en el diario oficial El Peruano que dio por concluidas las funciones de Gallardo y lo envió al retiro.
El mandatario informó, además, que aceptó la renuncia del exfiscal Avelino Guillén al cargo de ministro del Interior y le agradeció «por los servicios prestados a la Nación».
Guillén renunció el viernes al no sentirse respaldado por Castillo en su recomendación de destituir a Gallardo, con quien mantenía grandes desavenencias en su criterio sobre los relevos y ascensos dentro de esta fuerza de seguridad.
Además, mantuvieron discrepancias por nombramientos en direcciones clave de la Policía y denuncias de corrupción al interior de la PNP, que incluso afirmaron que en el proceso de ascensos se pagó sobornos hasta por 25.000 dólares.
En una entrevista publicada este domingo en el diario La República, Guillén afirmó que «esperaba que el presidente de la República respaldara a su ministro, pero prefirió guardar silencio y ponerse de perfil».
«Ese es un silencio estruendoso, porque dice mucho, ha expresado una posición de respaldo claro y directo al señor comandante general de la Policía. Me siento en calma porque, a pesar de todas las limitaciones y enormes retos, alcanzamos los objetivos que inicialmente nos habíamos propuesto», sostuvo.
Guillén dejó el cargo pocos días después de que el Gobierno de Perú declaró en estado de emergencia la seguridad ciudadana en Lima y el puerto del Callao, vecino a la capital peruana, ante el incremento de crímenes y actos delictivos.
Esa medida fue aprobada el miércoles pasado por el Consejo de Ministros e implica que la Policía Nacional mantendrá durante 45 días el control del orden interno de Lima y el Callao, pudiendo solicitar el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Tras haber aceptado la renuncia de Guillén, quien fue el fiscal que logró en 2009 la histórica condena de 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad contra el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), Castillo deberá nombrar a su cuarto ministro del Interior en apenas seis meses de Gobierno.
Con información de EFE
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